Editorial Artemisa
Colección Clásica, Número 13
Fecha de edición febrero 2008
Idioma español
Prologuista Pardo Bazán, Emilia
EAN 9788496374799
Libro
encuadernado en tapa blanda
En palabras de Emilia Pardo Bazán, éste es un libro extraño, radical, fresco y ardoroso, que en nombre del individualismo reclama la igualdad de los sexos y que con el más exacto raciocinio y la más apretada dialéctica pulveriza los argumentos y objeciones que pudiesen oponerse a la tesis.
La esclavitud femenina es uno de los primeros tratados de la historia del pensamiento que aborda la igualdad entre los sexos desde múltiples perspectivas, escrito por uno de los pensadores que contribuyó a establecer las bases ideológicas de las actuales democracias occidentales. Escrito en plena época del conservadurismo victoriano inglés, la obra muestra que la lucha por la igualdad de la mujer viene desde muy atrás. Sin embargo, hoy es un libro casi olvidado a pesar de que éste sea un tema de máxima actualidad y debate en la sociedad española que merece ser difundido y, además, en la magnífica traducción y con el prólogo de Emilia Pardo Bazán, una de las primeras mujeres españolas que lucharon abiertamente por la igualdad entre los sexos en nuestro país.
fragmento:
Índice de la obra
Presentación de Assumpta Roura
Prólogo de Emilia Pardo Bazán
Capítulo I. Mi propósito. Errores más comunes acerca de la situación del sexo masculino y la del femenino. Dificultad de impugnar las opiniones admitidas. Apoteosis del instinto característica del siglo XIX.
Capítulo II. La sujeción de la mujer al hombre es un apriorismo: no se funda en ningún dato experimental contradictorio, y por consecuencia es irracional. El origen de la sujeción de la mujer es la esclavitud primitiva y las costumbres bárbaras del género humano en su cuna. Mejoramiento del estado social, aparente sólo en lo que respecta a la mujer. La situación actual de ésta es el único vestigio que va quedando de ese estado primitivo de fuerza y esclavitud.
Capítulo III. Reprobación que pesa sobre los que resisten a la autoridad, aunque ésta sea injusta. Persistencia de la esclavitud. Ineficacia de la Iglesia contra el abuso de la fuerza. Tenacidad de las costumbres que la fuerza inspiró. Mayor resistencia del despotismo viril. Cómo interesa a todos los hombres el conservarlo. Dificultades inmensas con que se lucha para combatirlo.
Capítulo IV. El error de la esclavitud en los mayores filósofos. Los teóricos de la monarquía absoluta. Asombro de los salvajes al oír que en Inglaterra una mujer ejerce el poder real. Por qué los griegos no eran tan opuestos a la independencia de la mujer. Protesta silenciosa de la mujer. Cadenas morales con que se la sujeta. La mujer odalisca. La educación femenina falseada y torcida por la esclavitud.
Capítulo V. La desigualdad por el nacimiento. Ya no existe hoy sino para la mujer. Anomalía de las reinas. Nada se sabe por experiencia de las aptitudes de la mujer, ni de su verdadero carácter.
Capítulo VI. Obstáculos al progreso de las ideas. El hombre no conoce a la mujer, y menos que nadie la conocen los galanteadores de oficio. La mujer disimula, por culpa de su situación de esclava.
Capítulo VII. Lento advenimiento de la justicia. Las literatas esclavistas. Que la mujer, libre para emprender todas las carreras, no emprenderá sino las que le dicten sus facultades naturales. Proteccionismo masculino. Lo que es hoy el matrimonio. Criada o bayadera.
Capítulo VIII. Cómo se trataba a la mujer. Extensión ilimitada de la autoridad paterna. Delito de baja traición. La esposa esclava. No es dueña de sus bienes. Es más esclava que ningún esclavo lo fue nunca.
Capítulo IX. El débito. Los hijos no pertenecen a la mujer en caso de separación. ¿De qué sirve la separación? Los individuos casi nunca son tan inicuos como la ley.
Capítulo X. Comparación entre el despotismo doméstico y el político. Adhesión de los esclavos a sus amos. El poder absoluto, entregado hasta al más vil de los hombres. Sevicias. El desquite de la mujer. La injusticia, como todos los seres, engendra a su semejante.
Capítulo XI. Causas que contribuyen a dulcificar lo terrible de la institución. El poder no sustituye a la libertad. Ni tiranas ni tiranizadas. La asociación comercial y la familia.
Capítulo XII. División de derechos y deberes. ¿Conviene que uno de los esposos sea depositario de la autoridad? Estado actual y estado que podría sustituirle. Bufonadas y floreos. Erróneo concepto de que la mujer ha nacido para la abnegación. Cada individuo nace para sí mismo. El cristianismo y la mujer.
Capítulo XIII. Los enemigos de la igualdad. Moral antigua y moral nueva. Escuela de igualdad en el hogar doméstico. ¿Qué fue el amor de la libertad entre los antiguos?
Capítulo XIV. Por qué mejoran las leyes. Personas buenas en la práctica e indiferentes a los principios. San Pablo y la obediencia de la mujer. Sentido de las palabras del Apóstol. Los estacionarios. Ley del embudo.
Capítulo XV. Los bienes patrimoniales de la mujer. Organización probable del matrimonio venidero. Aunque se abran a la mujer todos los caminos honrosos, probablemente elegirá más a menudo el de la familia.
Capítulo XVI. Las mujeres han revelado la misma aptitud que el hombre para los cargos públicos. Perjuicios que se irrogan a la sociedad con esterilizar el talento de la mujer. Los límites de la acción femenina los ha de señalar su ejercicio práctico. Altas dotes de gobierno de la mujer, probadas por la experiencia.
Capítulo XVII. Los favoritos y las favoritas. ¿Qué aptitudes especiales tienen las madres, esposas y hermanas de los reyes, que no tienen las de los súbditos? Atrofia de las facultades de la mujer.
Capítulo XVIII. Aptitud especial de la mujer para la vida práctica. La mujer es autodidacta: se educa a sí propia. Huye de las abstracciones y busca las realidades. Todo pensador gana mucho al comunicar sus ideas con una mujer de claro entendimiento.
Capítulo XIX. La mujer no acepta convencionalismos en el orden del pensamiento. Los nervios en la mujer. Causas del predominio del temperamento nervioso. Falsa educación de la mujer. Remedios contra la neurosis.
Capítulo XX. El temperamento nervioso ¿incapacita para las funciones reservadas al hombre en el Estado? Los nervios son una fuerza. Influencia de los nervios en el carácter. Los celtas, los suizos, los griegos, los romanos. La concentración, buena para el pensamiento investigador, para la acción es funesta.
Capítulo XXI. Diferencias fisiológicas. La cuestión batallona del peso y volumen del cerebro. No está probado que sea más chico el de la mujer, ni que la diferencia de tamaño afecte a la inteligencia. La circulación. Leyes de la formación del carácter.
Capítulo XXII. El pueblo inglés desconoce la naturaleza. Comparación entre el criterio de ingleses y franceses.
Capítulo XXIII. No hay tiempo aún de saber si la mujer es o no inferior en ciencias y artes. Safo, Myrtis y Corina. La supuesta falta de originalidad. Cómo se ha de entender y en qué consiste. Madama de Staël y Jorge Sand.
Capítulo XXIV. La época de la gran originalidad ha pasado también para el hombre. Valor de las ideas originales de los ingenios legos. Condiciones que tendrán que darse para que la mujer posea literatura original.
Capítulo XXV. La mujer artista. Causas de la superioridad de los grandes pintores de los siglos pasados. Falta de tiempo que aqueja a la mujer. Relación entre las aptitudes para el tocador y la elegancia doméstica, y las altas facultades artísticas.
Capítulo XXVI. La mujer obligada a soportar todo el peso de los deberes sociales. Aspiraciones máximas de la mujer en la actualidad. No le es permitido correr tras la gloria, intento que en el hombre se ensalza y se aprueba. Condiciones morales de la mujer. Lo que más se alaba en ella es virtud negativa, fruto de la esclavitud.
Capítulo XXVII. Qué pensarán las odaliscas de las europeas. Los emancipadores de la mujer han de ser varones.
Capítulo XXVIII. ¿Qué ganaremos con el cambio? La justicia basta. Ventajas reales. Destrucción de varias formas de tiranía. El hombre sultán y señor feudal de la mujer. Perturbación moral que de esto se deriva. La servidumbre corrompe aún más al señor que al siervo.
Capítulo XXIX. Otro beneficio la libertad. Cálculo de sus productos por partida doble. Influencia de la mujer en la conducta del hombre. Influencia de formación de las madres.
Capítulo XXX. Modos de ejercerse la influencia. Orígenes del espíritu caballeresco. Si continúa la servidumbre de la mujer, es de lamentar que el espíritu caballeresco haya desaparecido.
Capítulo XXXI. Actual diminución de la influencia femenina. Hasta qué punto es benéfica. Por qué no puede la mujer apreciar ni fomentar las virtudes sociales. La mujer y la beneficencia.
Capítulo XXXII. Cómo mejoraría la influencia femenina. Rémora de la familia. La mujer tiene, hoy por hoy, que anteponer a todo la consideración social. Las ideas generales no le son accesibles. La medianía del comme il faut.
Capítulo XXXIII. Imposibilidad de la fusión de los espíritus en el matrimonio actual. Razones porque los maridos combaten la influencia de los confesores. La transigencia mutua del matrimonio. Hoy el acuerdo se consigue por nulidad y apatía de la esposa. La red que teje el cariño.
Capítulo XXXIV. La mujer disminuye al marido. El ser inferior rebaja al superior, cuando viven juntos. Efectos de la compañía y trato de la mujer, dado el nivel de cultura que hoy alcanza. Ideal del matrimonio.
Capítulo XXXV. Últimos y mayores bienes que traería consigo la libertad. Dulzura y belleza de la libertad en sí misma. Cómo solemos defender y estimar la propia, y cómo no atribuimos valor a la ajena. Goce íntimo de la emancipación. Efectos desastrosos que produce en un carácter altivo la privación de libertad. Cómo exalta la ambición.
Capítulo XXXVI. Necesidad de empleo para la actividad de la mujer. La religión y la beneficencia, únicos cauces abiertos a la mujer. Los chocarreros. La acción política de la mujer. Errar la vocación. El gran error social.
(1806-1873) fue un pensador, político y economista británico a quien muchos consideran una de las figuras intelectuales más relevantes del XIX y de la tradición filosófica liberal. Bajo la tutela de Jeremy Bentham, que ejerció una influencia decisiva en su formación, Mill absorbió los principios del utilitarismo aunque posteriormente los matizaría y cuestionaría, y desarrolló una obra cuyo eje central es la defensa de la libertad individual frente a los abusos y las intromisiones ilegítimas de cualquier tipo de poder. Esa preocupación lo llevó a simpatizar con el movimiento feminista y, como diputado del Partido Liberal, se convirtió en el segundo parlamentario en toda la historia del Reino Unido que presentó una proposición para otorgar a las mujeres el derecho al sufragio.
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