El mejor Karlsson del mundo

Resumen del libro

Una noticia en el periódico ofrece una recompensa a quien capture un misterioso y peculiar objeto volador que de vez en cuando sobrevuela los tejados del barrio de Vasastan.
Se sospecha que podría tratarse de un malvado espía extranjero en misión de exploración...
Pero tal objeto volador ¡no es más que Karlsson! Un hombrecito que puede volar gracias a un motor que lleva en la espalda, y que vive en una casita ingeniosamente escondida tras la gran chimenea del tejado del edificio de Lillebror.
Nadie sabe que existe, excepto Lillebror, y éste está decidido a proteger a su amigo.
Porque Karlsson es el mejor amigo de Lillebror y, sobre todo, ¡el mejor pirulirulero del mundo! Con una tipografía sencilla y unas ilustraciones dinámicas y muy actuales, será una lectura muy, muy divertida y ágil.
Después de Karlsson en el tejado y Karlsson vuela de nuevo llega El mejor Karlsson del mundo, el tercer volumen que completa la colección

Biografía del autor

Astrid Lindgren nació en Näs, una granja de color rojo muy cerca de Vimmerby, en Suecia, el 14 de noviembre de 1907. Es una de las escritoras de libros para niños más leídas del mundo y ha sido traducida a 107 idiomas. Siempre estuvo del lado de la infancia, ese lugar que nunca quiso abandonar. A los niños les dio el poder de ser independientes y ellos siempre estuvieron de su parte. Durante toda su vida se opuso a la injusticia y se convirtió en una de las más importantes creadoras de opinión. Con 68 años escribió un artículo para el diario sueco Expressen, titulado Pomperipossa en Monismania, denunciando el sistema de impuestos sueco; la consecuencia fue la reforma de la legislación fiscal y la caída del gobierno de ese momento. Gracias a ella se promulgaron leyes como la que se aprobó en 1988 contra el maltrato animal, conocida como Ley Lindgren en su honor, o la de 1979 contra la violencia infantil, que nace de su discurso ¡Violencia, jamás! . Astrid Lindgren siguió subiéndose a los árboles durante toda su vida y nunca perdió la mirada de niña ni el humor.