Un caluroso domingo del verano de 2010, el comisario Jaritos asiste a la boda de su hija Katerina, esta vez por la Iglesia y con fanfarria musical. Al día siguiente, poco después de llegar a Jefatura, le informan del asesinato de Nikitas Zisimópulos, antiguo director de banco, degollado con un arma cortante. El macabro homicidio coincide con una campaña que alguien, amparándose en el anonimato, ha emprendido contra los bancos, animando a los ciudadanos a que boicoteen a las entidades financieras y no paguen sus deudas e hipotecas. Lo cierto es que Grecia, al borde de la bancarrota, pasa por un momento muy crítico, y la población no duda en salir a la calle para quejarse de los recortes en sueldos y pensiones. Para colmo, Stazakos, el jefe de la Brigada Antiterrorista, sostiene que el asesinato de Zisimópulos podría ser obra de terroristas. Jaritos, en desacuerdo con esa hipótesis, tendrá que apañárselas con sus dos ayudantes para enfrentarse a un asesino cuyos crímenes apenas acaban de empezar.
Petros Márkaris (Estambul, 1937) es famoso por la serie de novelas policiacas protagonizadas por Kostas Jaritos: Noticias de la noche, Defensa cerrada, Suicidio perfecto, El accionista mayoritario, Muerte en Estambul y la exitosa Trilogía de la Crisis x{0026} x02014;compuesta por Con el agua al cuello, Liquidación final y Pan, educación, libertadx{0026} x02014;, a la que le siguen Hasta aquí hemos llegado, Offshore, Universidad para asesinos, La hora de los hipócritas, Ética para inversores y La conjura de los suicidas. Por ellas ha merecido, entre otros, el Premio Negra y Criminal, el Prix Point du Polar Européen, el Premio Arcebispo Juan de San Clemente, el Premio de Honor de Aragón Negro y, en Barcelona, el Premio Pepe Carvalho 2012. En Próxima parada, Atenas, Márkaris nos ofreció una guía muy personal de la capital griega; con La muerte de Ulises nos deleitó con tres casos policiacos y otros cuentos de candente actualidad sobre la emigración forzosa, y en Cuarentena nos dio una lección de solidaridad, buen humor y esperanza.
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