Al lado del mundo de la Belle Époque, ese fin del siglo XIX produjo una literatura que tenía en la belleza de la palabra y en un mundo de vaguedades y personajes etéreos sus mejores logros. El joven Marcel Proust se incorpora a la literatura precisamente en ese momento y acoge ese afán sutil por la belleza en Los placeres y los días, su primer libro, en el que, por debajo del «cestillo de flores que quiere ser, aparecen soterrados los temas que iban a convertir su narración mayor, A la busca del tiempo perdido, en la gran novela del siglo XX. En los relatos, poemas y prosas poéticas que forman Los placeres y los días, surgen aquí y allá esos temas: desde el cálido beso de la madre hasta la idea de culpa por una sexualidad que no se adapta a las normas sociales, pasando por la fina ironía con que el autor contempla el mundo aristocrático que le rodea, en el que aspira a insertarse, y del que en A la busca del tiempo perdido se convertirá en el crítico más acerado.
Los placeres y los días se acompaña en esta edición de varios relatos y prosas pertenecientes a esa etapa inicial de Proust, unos publicados en revistas, otros olvidados por su autor, que en su mayoría nunca hasta ahora se habían traducido al español; fueron «olvidados por distintos motivos, pero, sobre todo, porque la excesiva «claridad a la hora de exponer amores condenados o culpabilidades criminales obligó a un Proust joven a guardar bajo llave lo que podía escandalizar y lo que terminó estallando en A la busca del tiempo perdido.
Marcel Proust (París, 1871-1922) és una figura cabdal de la literatura del segle xx. Va dur la vida mundana típica de qualsevol jove de família rica a París, però també es va comprometre amb la justícia fent costat als dreyfusistes i, amb lx{0026} x02019;art, publicant diversos escrits literaris al diari Le Figaro, iniciant la redacció de la novel-la Jean Santeuil o bé traduint Ruskin. Quan tenia 34 anys, va morir la seva mare, amb qui estava tan unit, i, aleshores, sumit en la tristesa i una salut precària, va començar una vida reclosa que ja no abandonaria mai més. Quatre anys més tard, després de moltes lectures i de recopilar abundants materials, va emprendre la redacció del que seria la seva obra magna, A la recerca del temps perdut, que al principi va ser rebuda amb certa fredor i després amb entusiasme, i de la qual només va poder veure publicats els tres primers volums dels set que la componen.
|