Gógol, Nikolái Vasílievich
Irving, Washington
Poe, Edgar Allan
Editorial Nórdica
Colección Mini-ilustrados, Número 0
Lugar de edición
Madrid, España
Fecha de edición octubre 2015 · Edición nº 1
Idioma español
Ilustrador Villamuza, Noemí
EAN 9788416440375
260 páginas
Libro
encuadernado en tapa dura
Dimensiones 130 mm x 190 mm
Aquí encontrarás tres misteriosos relatos, tres joyas de la literatura universal para leer al calor de la chimenea en las frías noches de otoño. Edgar Allan Poe, Washington Irving y Nikolái Gógol, tres terroríficos autores que no te dejarán dormir: "La caída de la casa Usher", "Rip van Winkle" y "Vi".
Nueva York, 1783 - Sunnyside, 1859. Escritor norteamericano perteneciente al mundo literario del costumbrismo. Washington Irving es el primer autor americano que utiliza la literatura para hacer reír y caricaturizar la realidad, creando además el estilo coloquial que después utilizarían Mark Twain y Hemingway.
Edgar Allan Poe hijo de unos actores ambulantes de teatro, se quedó huérfano a los dos años. Fue criado por John Allan, un hombre de negocios rico, y educado en Inglaterra y Norteamérica. Su vida universitaria fue rebelde y libertina, en esta época es cuando el poeta empieza a beber, hasta que es expulsado de la Universidad de Virginia por jugador. En 1827 escribió su primer volumen de poesías, Tamerlán, en la que se denota una leve inclinación byroniana. En 1830 lo admitieron en la Academia Militar de West Point, de la que pronto fue expulsado. A partir de entonces se inicia su agitada carrera literaria.<br> Vivía al día, como periodista con un sueldo mediocre, pero estas actividades lo llevaron a conseguir muchos trabajos en calidad de colaborador y posteriormente, llegar a la dirección de numerosos periódicos, entre ellos el Southern Literary Messenger, el cual se convirtió bajo su dirección en el más importante periódico del sur. Por todos estos empleos recibía un sueldo mísero, pero a cambio le daban la oportunidad de publicar sus relatos, lo que le proporcionó fama; sin embargo, la mayor parte del tiempo vivió el la más absoluta miseria, con algunos lapsos de relativa calma.
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