Editorial J De J
Fecha de edición marzo 2014 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788415131014
320 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
En 1914 se publica una primera selección de 63 capítulos bajo el título Platero y yo , obra dedicada a la memoria de Aguedilla, la pobre loca de la calle del Sol que me mandaba moras y claveles . Comenzaba así la aventura literaria del personaje más universal de la literatura contemporánea en lengua española llamado Platero, un burro, pequeño, peludo, tan blando por fuera, que se diría todo de algodón.
Esta obra fue concebida, como su obra poética, para todos sus lectores: Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre.
En 1956 y durante su exilio en Puerto Rico, su patria de adopción, recibe el premio Nobel de Literatura. Leer o releer las páginas de Platero y yo , una de las más traducidas de nuestra lengua después de El Quijote , provoca la emoción del sentimiento más noble del ser humano: la ternura, además de cualquier otro valor que cada lector pueda añadir o descubrir de modo irrepetible.
Hemos elegido para nuestra colección el original que Juan Ramón dedica a su hermano Eustaquio y a su sobrino y que es la última obra publicada antes de su marcha hacia el exilio.
El original es propiedad de Carmen Hernández-Pinzón Moreno, representante de los herederos de Juan Ramón Jiménez, que ha permitido cordialmente su reproducción para esta edición facsímile.
Juan Ramón Jiménez (Moguer, Huelva, 1881 x{0026} x02013; San Juan, Puerto Rico, 1958) fue el mayor poeta español de su tiempo, premio Nobel de Literatura. salió de España en 1936 con pasaporte diplomático, tras ser nombrado agregado cultural honorario de la República por Manuel Azaña. Comenzaba así un definitivo exilio que supuso una absoluta convulsión en su actitud y en su escritura. El príncipe de los poetas puros , que ya en 1935 había empezado a publicar lo que pensaba que sería su Obra completa, se verá convertido en conferenciante y fiel defensor del gobierno legítimo de España desde una atalaya en la que ondeaba la bandera de la libertad de pensamiento y la expresión desasida de cualquier servidumbre ideológica. Al tiempo que su poesía evolucionaba hacia un panenteísmo redentor en libros como La estación total con las Canciones de la nueva luz, En el otro costado, Una colina meridiana, Dios deseado y deseante o De ríos que se van, sus prosas críticas ahondarán en la función social del arte en tiempos de crisis y en la necesidad de espiritualizar x{0026} x02014;humanizarx{0026} x02014; el avasallador progreso tecnológico del siglo XX. Su ética-estética quedará plasmada en cientos de documentos que no llegó a publicar, entre los cuales se encuentran aquellos que componen Ideolojía, Política poética y Guerra en España, su mayor testamento en este sentido.
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