Editorial Castalia
Colección Castalia didáctica, Número 19
Fecha de edición junio 1999
Idioma español
EAN 9788470395093
286 páginas
Libro
Valera es sin duda uno de los escritores más prolíficos de nuestra literatura. Cultivó todos los géneros literarios, aunque no con igual fortuna. El aprendiz de poeta acabó siendo reconocido unánimemente como uno de los más interesantes novelistas de la segunda mitad del siglo XIX, y su labor como crítico mereció el respeto de sus contemporáneos y de generaciones posteriores.Dentro del panorama literario de su época destaca Valera por su firme voluntad de crear una literatura que se aparte de la exactitud del realismo, partidaria de la teoría del arte por el arte y fundamentalmente esteticista. Calificado por Montesinos de anomalía literaria, Valera es el máximo representante de la corriente idealista. No sólo sus temas, sino también su estilo, elegante y culto, contrastan con la corriente imperante en aquel momento. Este hecho le restó popularidad, pero ello no pareció afectarle demasiado.
Juan Valera (1824-1905). Natural de Cabra (Córdoba), hijo de una familia en la que conjugaba la herencia aristocrática con el liberalismo moderado. Cursó sus primeros estudios en el Seminario de Málaga (1837-43), continuándolos en Madrid, donde obtiene en 1846 la licenciatura en Derecho. Sus aprendizajes literarios supieron combinar las modas románticas con las invariantes clásicas y el pensamiento ilustrado. En 1847 inicia en Nápoles su carrera diplomática, que será la constante de su vida. Entre 1860 y 1880 Valera ejerce de ensayista histórico y religioso, de crítico literario y empieza a tantear la novela: Pepita Jiménez (1874), obra maestra de madurez, abre su primer ciclo de novelista, que culmina Doña Luz (1879). El segundo ciclo de creación novelesca se abre con Juanita la Larga (1895) y se cierra con Morsamor (1899). En los quince años que median entre estas etapas creadoras Valera escribe un ensayo fundamental, Apuntes sobre el nuevo arte de escribir novelas (1887), para la historia de la novela española del Realismo y del Naturalismo, poéticas que siempre interpretó de modo severamente crítico, haciendo buena su auto calificación de hombre de los peros y de los aunques .
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