E.T.A. Hoffmann (1776-1822), cuyo genio polifacético le llevó a cultivar la pintura, la música y la litera tura, dejó una obra literaria de sello personalísimo. Su talento extravagante y original abrió caminos inexplorados en la literatura, y su espíritu poseído por una extraña hipersensibilidad le permitió profundizar con extraordinaria lucidez en los estados más insólitos y oscuros de la mente humana.
Los elixires del diablo refleja el interés del autor por los fenómenos ocultos, hipnóticos y telepáticos. En la novela -relato escalofriante del destino del fraile capuchino Medardo aparecen todos los temas y obsesiones que volvemos a encontrar en sus cuentos: la angustia, la pérdida o desdoblamiento del yo, la sustitución de personalidad, el desencadenamiento de las fuerzas interiores que yacen en lo profundo del hombre, el vértigo de las alucinaciones. Se ha dicho que Los elixires del diablo constituyen una parábola moral, en la que Hoffmann hace hincapié en la conciencia, en la incierta y desesperada lucha contra las fuerzas oscuras, en la profanación del amor y en su expiación, elementos todos que hacen de Los elixires del diablo una especie de Crimen y Castigo de la literatura romántica (Claudio Magris).
E. T. A. (Ernst Theodor Amadeus) Hoffmann kam am 24. Januar 1776 als Sohn eines Hofgerichtsadvokaten in Königsberg zur Welt. Nach der Scheidung seiner Eltern blieb der Junge bei der Mutter und besuchte die Burgschule in Königsberg. Als er das Jurastudium beendet hatte, heiratete er die Polin Maria Thekla Michaelina Rorer, mit der er später seine Tochter Cäzilia bekam. Der Jurist und Richter war ein künstlerisches Multitalent: Er arbeitete unter anderem als Komponist und Kapellmeister, Zeichner und Literat. Hoffmann starb am 25. Juni 1822 an einer schweren Krankheit in Berlin.<br>E. T. A. Hoffmann hat mit seinen tiefenpsychologisch geprägten Erzählungen der deutschen Romantik Weltgeltung verschafft. <br>
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