Un preso de la Inquisición española se enfrenta al inaudito dilema de tener que decidir si morir acuchillado por un péndulo o precipitarse al vacío. En Italia, Montresor urde una cruel venganza sobre Fortunato en la noche de Carnaval. A orillas del Rin, un joven recuerda a la bella y misteriosa Ligeia, recientemente fallecida. Pero su espíritu parece renacer entre las tinieblas. En plena alta mar, en un espacio liminal a caballo entre los sueños y la realidad, un tenaz pasajero busca abrirse camino en un buque fantasma.
Edgar Allan Poe es uno de los escritores más conocido, y a la par más oscuro, que jamás haya generado la historia de la literatura norteamericana. La legendaria fascinación que ha ejercido en sus lectores le convierte en un personaje menos maldito y provocador de lo que sus críticos y detractores han insistido en cultivar. Amamos a Poe tanto como le tememos. Tal vez se deba a sus macabras e indómitas historias, a su disoluto estilo de vida o su cariz antisocial. Sea como fuere, doscientos años después de su nacimiento y a pesar de las numerosas biografías dedicadas a su figura, sabemos que esta recopilación de relatos emblemáticos publicados por Navona nos depara emociones desgarradoras e ideas poco convencionales. Pero quizá sea esta la única manera de conocer al auténtico e insondable Edgar Allan Poe.
x{0026}lt;P x{0026}lt;B Edgar Allan Poex{0026}lt;/B (1809-1849) quedó huérfano desde muy joven; su padre abandonó a su familia en 1810 y su madre falleció al año siguiente. Tanto su obra como él mismo quedaron marcados por la idea de la muerte, y la estela de la desgracia no dejó de acecharlo durante toda su vida. Antes de cumplir los veinte ya era un bebedor consuetudinario y un jugador empedernido, y contrajo enormes deudas con su padre adoptivo, además de causarle todo tipo de problemas. En 1827 publica x{0026}lt;I Tamerlán y otros poemasx{0026}lt;/I y en 1830 se instala en la casa de una tía que vivía en Baltimore acompañada de su sobrina de once años, Virginia Clemm, con quien se acabaría casando siete años más tarde. Trabajó como redactor en varias revistas de Filadelfia y Nueva York, y en 1849, dos años después de la muerte de su esposa, cae enfermo y fallece preso de la enfermedad y su adicción al alcohol y las drogas. Su producción poética, donde muestra una impecable construcción literaria, y sus ensayos, que se hicieron famosos por su sarcasmo e ingenio, son destellos del talento que lo encumbraría a la posteridad gracias a sus narraciones. Poe, de hecho, es conocido sobre todo por sus relatos y por ser el predecesor, en cierto modo, de la novela policíaca moderna. Sus cuentos destacan por su belleza literaria y por fundir en ellos lo macabro con el humor, el terror y la poesía.x{0026}lt;/P
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