Editorial Passage Du Marais
Fecha de edición junio 2000
Idioma francés
EAN 9782840750253
249 páginas
Libro
Avec ce livre, achevé à l'aube de la Grande Guerre, on assiste à la naissance d'un grand poète-artiste. Comme Jean Cocteau le déclarera lui-même plus tard : " Mon uvre commence avec Le Potomak ; c'est une sorte de préface. " Ce montage d'écrits et de dessins méconnus peut surprendre, voire désorienter le lecteur, mais ne saurait le laisser indifférent, car il y découvrira les cruels " Eugènes ", les affligeants " Mortimer ", ainsi, bien sûr, que le " Potomak ", monstrueux pensionnaire d'un aquarium situé sous l'église de la Madeleine. Basé sur l'édition " définitive ", établie par l'auteur en 1924, cet ouvrage inclassable, à la fois étrange et divertissant, était depuis longtemps introuvable. Une centaine d'étonnantes illustrations (dont les très rares " Eugènes de la guerre ") accompagne un texte émaillé d'épigrammes éblouissantes, tel le célèbre : " Ce que le public te reproche, cultive-le, c'est toi ", dont Cocteau aurait pu faire sa devise.
Jean Cocteau (Seine-et-Oisc, 1889 París, 1963) fue una de las figuras principales de la cultura francesa del siglo XX. Se expresó sobre todo como escritor, pero sus inquietudes nunca se vieron satisfechas con una sola actividad, ni tampoco con un único estilo. Brillantísimo polímata y genuino camaleón, Cocteau fue transitando desde sus comienzos románticos hacia el experimentalismo de una literatura que se quería la respuesta adecuada al cubismo pictórico. De un modo u otro, el francés siempre se situaba en primera fila de lo que podía considerarse la vanguardia, cuando no era su propia obra la que generaba esa actitud de avanzadilla estética. Se aprecia en su labor poética el encandilamiento con la palabra y su sonoridad: Poésies (1920), Opéra (1927), Clair-Obscur (1954). Pero si su dimensión poética puede acaso denotar un cierto gusto por el refinamiento extremado, no ocurre lo mismo con sus novelas, como Le Potomak (1919), Thomas limposteur (1923) y, muy especialmente, Les enfants terribles (1929). La relación con el teatro dio otro tipo de obras, dramas, argumentos de ballet, libretos de ópera... Cocteau colaboró de una u otra forma con varios de los compositores más grandes de su época: Satie, Poulenc, Stravinski. Como autor de dramas, sus obras que más huella han dejado en el teatro moderno son, probablemente, Les parents terribles (1938) y Les monstres sacrés (1940). Como cineasta, su filmografía es fecunda en ideas e influencias, y al menos dos de sus películas se alzan como auténticos clásicos: La belle et la béte (1945) y Orphée (1949).
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