Editorial Circe
Fecha de edición febrero 2016 · Edición nº 1
Idioma francés
EAN 9782842424022
168 páginas
Libro
Dimensiones 120 mm x 200 mm
La crise de notre époque est notamment due à l'absolutisation de la vita activa. Celle-ci nous conduit à un impératif de travail qui dégrade l'être humain au rang d'animal laborans. L'hyperkinésie de notre vie quotidienne retire à la vie humaine toute faculté de contemplation, toute aptitude à demeurer, à s'attarder sur les choses. Elle conduit à la perte du monde et du temps. Les prétendues stratégies déployées pour ralentir le temps ne dissipent pas la crise.
Elles cachent même le vrai problème. Il est nécessaire de revitaliser la vita contemplativa. On ne sortira de cette crise que lorsque la vita activa aura intégré dans sa krisis la vita contemplativa.
Byung-Chul Han (Seúl, Corea del Sur, 1959) es un filósofo y ensayista experto en estudios culturales. Se le considera uno de los filósofos más destacados del pensamiento contemporáneo por su crítica al capitalismo y la sociedad del trabajo. <br> Han estudió Filología Alemana y Teología en la Universidad de Múnich y Filosofía en la Universidad de Friburgo, donde se doctoró con una tesis sobre Martin Heidegger. Ha dado clases de Filosofía en la Universidad de Basilea, de Filosofía y Teoría de los medios en la Escuela Superior de Diseño de Karlsruhe y de Filosofía y Estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín.<br> Es autor de más de una veintena de títulos entre los que cabe destacar: La sociedad del cansancio, La sociedad de la transparencia, Psicopolítica, No-cosas, Infocracia y Vida contemplativa. Todos ellos han sido traducidos a varios idiomas.<br> El trabajo de Han une tradiciones filosóficas orientales y occidentales, tomando ideas de pensadores como Friedrich Nietzsche, Martin Heidegger, Michel Foucault, Sigmund Freud, Hannah Arendt y Walter Benjamin, entre otros. Explora temas como la tecnología y los efectos del neoliberalismo en los diversos aspectos de la vida humana, el poder, la comunicación, la vigilancia, el consumismo, el trabajo, la autoexplotación, la transparencia, los rituales, la inactividad y las identidades individuales y colectivas; y es considerado como el sucesor de pensadores como Roland Barthes o Giorgio Agamben.
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