Editorial Austral
Colección Contemporánea, Número 2
Fecha de edición abril 2012 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788423325146
304 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
Dimensiones 125 mm x 190 mm
Las compañías convenientes y otros fingimientos y cegueras es una reunión de crónicas, comentarios o glosas de tanta hondura en su significado como brevedad en la exposición. Cela nos presenta unas páginas que oscilan entre la caricatura, la parodia y la inmisericorde disección, que convierten lo bufo en trágico y lo dramático en cómico. Así, mientras provoca la sonrisa del lector con lances pintorescos "'la historia de Fernando López manco, avisacoches y domador de pájaros"' o con llamadas al humor "'las tareas creadoras de Casiano Expósito, que escribió un soneto con estrambote y coda: «Esperancita, qué apuradamente / salí trotando al ver como el demente / de tu esposo legal, hacia mi mente / dirigió su paraguas inclemente"' nos incomoda con su reflejo de las injusticias sociales, de los desamores, de las miserias. Y es que, entre bromas y veras, sin voluntad redentora, pero con sibilina pedagogía, Cela se nos muestra siempre como un observador insobornable.
Camilo José Cela (1916-2002). Novelista, ensayista, poeta, periodista, guionista. Nació en Iria Flavia y aunque nunca perdió sus raíces gallegas, vivió y practicó la literatura en no pocos géneros desde todos los rincones de España, particularmente Madrid y Palma de Mallorca. Hombre de inclinaciones sencillas y hábitos sentimentales , como él mismo gustaba definirse, Cela fue distinguido con todos los premios y galardones posibles: entre tantos, el Premio Nobel de Literatura (1989), el Premio Cervantes (1995) o el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1987). En el canon de la literatura nacional figuran, desde luego, sus novelas La familia de Pascual Duarte o La colmena, el libro de viajes Viaje a la Alcarria, sus autobiografías La rosa y Memorias, entendimientos y voluntades o el monumental Diccionario secreto. Fundó y dirigió una revista clave, Papeles de Son Armadans, que fue la que propició el contacto con Antonio Pérez Gómez.
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