Como dice Manuel Longares en el prólogo de "La ruta de Waterloo", la tragedia agazapada en una existencia placentera, la fatalidad que induce a obrar en contra de los deseos, el azar que acerca y distancia a los desconocidos, la imposibilidad de que una actitud caprichosa traicione convicciones arraigadas, la pasión erótica demoledora y la asunción ciega de un destino, sea elegido o impuesto, son motivos impulsores de estos relatos . También está presente otro de los temas predilectos de Adolfo García Ortega: el viaje y a la aceptación irremisible del retorno. Hay en el reconocimiento del fracaso de la aventura, a la manera del Quijote o del Ulises homérico, la lucidez de quien renuncia a ser héroe para convertirse en individuo real.
Adolfo García Ortega (Valladolid, 1958) ha compaginado su actividad como poeta, narrador y traductor con la de editor y periodista cultural en revistas y periódicos como El País, La Vanguardia, Diario 16 o El Norte de Castilla. Entre los años 1988 y 1995 fue asesor en el Ministerio de Cultura. De 1995 a 2000 fue editor en El País-Aguilar, de donde salió para dirigir Seix Barral hasta 2007. Desde entonces trabaja en el área editorial del Grupo Planeta en funciones de asesoramiento. Sus últimas obras son Animal impuro (2015), Fantasmas del escritor (2017) y Una tumba en el aire (2019).
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