Publicada en 1900, La piedra de toque es la primera novella de la escritora Edith Wharton. En ella, Stephen Glennard se plantea la posibilidad de vender la correspondencia que mantuvo con un antiguo amor, Margaret Aubyn, que se ha convertido en una escritora de éxito. La necesidad económica que le acucia puede solucionarse con una sencilla operación comercial, si no fuera porque su nuevo amor, para el que necesita precisamente ese dinero, entrará en conflicto con esta vuelta al pasado que Glennard escon Edith Wharton (1862-1937) es autora de una prolífica obra narrativa en la que destacan las novelas La casa de la alegría (1905), Ethan Frome (1911) y La edad de la inocencia (1920). También publicó libros de viajes como Viaje por Francia en cuatro ruedas, y una recopilación de artículos que recogió en Francia combatiente. En 1907 se había estableció en Francia, primero en París y luego en Hyères. Durante la Primera Guerra Mundial trabajó como voluntaria en la Cruz Roja y el gobierno francés le otorgó la Legión de Honor. En 1921 obtuvo el premio Pulitzer con La edad de la inocencia. Fue también la primera mujer en recibir un doctorado honorífico, que le otorgó la Universidad de Yale.
Nació en Nueva York en 1862, en el seno de una familia acomodada. Educada con institutrices, abundantes lecturas y viajes al extranjero, se casó en 1885 y, en 1902, publicó su primera novela, The valley of decision, tras la que no dejaría de escribir hasta su muerte en 1937. Vivió en París a partir de 1907, donde acabaría estableciéndose. Durante la primera guerra mundial asumió arriesgadas tareas de ayuda a los aliados, por las que recibió, en 1915, la Legión de Honor. Reconocida en vida como la heredera de Henry James, Edith Wharton es hoy considerada como una de las grandes novelistas de la literatura norteamericana, autora de grandes títulos, entre sus cuarenta y seis libros de ensayo y ficción, como The House of Mirth (1905), Un hijo en el frente (1919), La edad de la inocencia (1920), y The Children (1928), títulos en los que destaca su maestría y su fina, pero no menos demoledora, sátira de los valores sociales establecidos.
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