La mujer calva

La mujer calva

Cerrada, Cristina

Editorial Lengua de Trapo
Fecha de edición noviembre 2008

Idioma español

EAN 9788483810491
Libro


valoración
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P.V.P.  18,20 €

Sin ejemplares (se puede encargar)

Resumen del libro

XIV Premio de Narrativa Lengua de Trapo

La mujer calva es una historia sencilla, en absoluto simple, que comienza cuando Lailja, una mujer divorciada, tiene que instalar en su casa a su madre enferma. Reaparecen entonces, en forma de vívidas imágenes, los recuerdos solapados y contradictorios que alimentan sus mentiras de siempre. Sin embargo, ya no queda ni aquel equilibrio inestable sobre el que había construido su vida: en esta ocasión no puede permanecer pasiva, tiene que tomar decisiones, completar un giro que la reconcilie consigo misma. Acertadamente considerada por la crítica como una de las narradoras más interesantes del panorama actual, Cristina Cerrada penetra en esta historia de argumento sutil con una agudeza e intuición sorprendentes; con un manejo de la información y de las imágenes con el que logra una novela que puede considerarse, sin lugar a dudas, redonda. De su anterior novela, Alianzas duraderas (Lengua de Trapo, 2007), la crítica ha dicho: A lo largo de la novela se descubre el interés de Cerrada por el realismo norteamericano, en la estela de Raymond Carver. Utiliza un lenguaje claro y directo sin muchas concesiones al perifollo (Amelia Castilla, Babelia, El País). Su novela es hiperbólica y rocambolesca, con algunas gateras en la estructura argumental, divertidísima y acertada. Totalmente recomendable (Pilar Castro, El Cultural, El Mundo)

De La mujer calva (Nueva Biblioteca 151):

La mujer calva es la novela de madurez de una gran autora Marta Rivera de la Cruz.

Una novela inquietante y sugerente Martín Casariego.

Se reconcilia con su pasado narrativo, se reconcilia con lo mejor de su narrativa Ramón Pernas.

La coherencia literaria, la verosimilitud ética y la honestidad narrativa Fernado Royuela.

De Alianzas duraderas (Nueva Biblioteca 129):

La prosa es ágil, económica y directa pero no descarnada, precisa; los diálogos fluyen con agilidad, los personajes hablan como seres de carne y hueso y la elipsis es un arma que Cerrada esgrime de forma magistral, como la vocación deslocalizadora de la historia, que sitúa en un escenario estándar de barrio suburbano a una familia como tantas: actores y escenarios a los que el lector podrá poner seguramente nombres y apellidos, longitud y latitud (David Cano, Notodo.com).

Diálogos perfectos, y ese punto de vista masculino logradísimo, procuran a Cristina Cerrada la creación de un magma narrativo que podemos situar entre la posmodernidad de Don Delillo y el cientifismo sexual de Michel Houllebecq, referentes que para quien esto escribe equivalen a matrícula de honor (Alberto Olmos, Literaturas.com).

Una irónica visión e inteligente de la vida, una historia aderezada con una prosa ágil, amena, con diálogos meditadíismos y desenvueltos, en consonancia con estos héroes anónimos que luchan por sobrevivir (Pedro M. Domene, Cuadernos del Sur, Diario de Córdoba).

Tras la merecida acogida que tuvieron sus dos libros de relatos reaparece la autora con una segunda novela, Alianzas duraderas, donde se decanta de nuevo por la ironía inteligente, y por una prosa ágil y amena Su mejor tino está, pues, en el manejo de esa lente de aumento que burla los márgenes de la realidad objetiva para convertir en comedia existencial planos humanos que, desde otro ángulo, serían dramáticos Su novela es hiperbólica y rocambolesca, con algunas gateras en la estructura argumental, divertidísima y acertada. Totalmente recomendable (Pilar Castro, El Cultural).

Divertida y fresca, con una escritura solvente, abundante en diálogos muy vivos, el juego de contrastes provocará una sonrisa bajo la cual se esconde la denuncia de la decadencia de unas estructuras sociales obsoletas que conducen a los individuos al fracaso. Ya sea laboral o amoroso, parece estar garantizado aunque aparentemente sea un feliz matrimonio pero, más allá de lo aparente, está la pérdida y disolución de uno mismo en una etérea dualidad (Nuño Vallés, El Confidencial).

A lo largo de la novela se descubre el interés de Cerrada por el realismo norteamericano, en la estela de Raymond Carver. Utiliza un lenguaje claro y directo sin muchas concesiones al perifollo y sus personajes, ciudadanos corrientes, aparecen como seres desvalidos y atormentados por la complejidad que supone la vida íntima y las relaciones laborales. La infidelidad, abordada desde el sentimiento de culpa que proporciona, planea sobre ellos (Amelia Castilla, Babelia).

Si esta novela significa algo es gracias a la historia que cuenta y cómo la autora ha sabido enfrentarse al único reto que tiene la literatura, la lengua. Esto a lo que atiendo y destaco no es baladí, pues justamente en el modo en que está contada la historia, sólo de esta manera posible y no de otra aproximada, y sólo con el lenguaje que los personajes emplean, es donde se halla la valía de la narración (Juan Ángel Juristo, ABCD).

Noctámbulos (Lengua de Trapo 2003):

Tiene poco que ver con lo que la crítica más rancia se empecina en denominar literatura femenina, sí mucho en cambio con Raymond Carver. Cristina Cerrada ha tejido una obra impactante y audaz (...), brillante en su capacidad de generar fascinación; y, por qué no, también insomnio: el de quienes se dejan despertar por el coraje literario (Ricard Ruiz, La Razón)

Hay un cuento en el libro de Cerrada que me atrevería a afirmar como modelo a explorar en libros venideros. Me refiero a La cantera. ( ) Supongo que Cristina ha leído a Onetti. En ese relato hay algo de la desesperanza y turbiedad moral de su mundo. Pero sobre esta o no probable influencia, lo que importa es la hechura del cuento, una calidad de forma y sentido que no desmerece el resto, pero que sirve para calibrar que Cristina Cerrada tiene madera para ir configurando en el futuro un mundo literario cada vez más propio (J. Ernesto Ayala-Dip, Babelia).

Existe, en estos relatos, una brillante indagación en ese concepto cotidiano de que todo cambia, termina o se destruye, ocurren accidentes porque sin dolor no habría felicidad y, por consiguiente, siempre queda la esperanza (Pedro M. Domene, Ideal de Granada).

La autora añade un nuevo premio a su palmarés, ( ) y lo hace con su primera y afortunada incursión en la novela (Care Santos, El Mundo).

Compañía (Lengua de Trapo 2004):

Una colección de relatos, en línea de tradición estadounidense, sobre amores, rutinas y vidas rotas le ha valido a Cristina Cerrada su segundo premio literario En este segundo libro, más quizá que en el primero, según mi recuerdo, Cristina Cerrada utiliza, como uno de esos trucos célebres de Hitchcock en sus películas, elementos, aparentemente secundarios, que atraviesan la narración, no distrayendo al lector, sino haciendo que mire hacia ese lado, para conseguir un efecto de sorpresa mayor Como buena seguidora con mirada propia de la narrativa corta norteamericana, utiliza un lenguaje sencillo, claro, directo, sin complicaciones Va al grano, y sus historias, eso sí, son excelentes bocados de realidad (Javier Goñi, Babelia).

Nos seduce su prosa limpia, su tono tajante, sus diálogos certeros, sus silencios plenos de significado. Traza, con mano segura el cuadro de unos seres abocados a la soledad. Hay una mano muy sabia aquí, una sensibilidad muy moderna, una escritora madura (Soledad Puértolas, Bibliodiversidad).

De la novela Calor de Hogar, S.A.:

Pero a mí lo que más me ha gustado de Calor de Hogar, S. A, es su hechura de ficción auténtica, su saber transmitir esa sensación de ilusionismo novelesco. La novela transcurre en un lugar que no es necesario identificar, un suelo fronterizo. Cristina Cerrada así metaforiza con acertado criterio ese aire híbrido de nomadeo sentimental y la necesidad de arraigarse a un lugar en el mundo que acucia a su protagonista. Una escritura de buena ley y un humor muy fino, de los que contagian pero no hieren, completan el atractivo de esta primera novela. Sin tonto paternalismo crítico, espero su segunda novela (J. Ernesto Ayala-Dip, Babelia).

La fuerza del universo literario de Cerrada radica, precisamente, en ese universo cotidiano que sabe retratar con maestría. Sus personajes con seres de carne y hueso, anodinos en sus problemas y en sus modos de escapar de ellos, obsesionados con asuntos tan triviales como un viejo coche que les aferra a un pasado del que no desean desasirse. Pero en sus libros hay más: su autora cuanta la historia como si tejiera una tela de araña y la carga de pequeños significados Sólo se echa de menos, en mi opinión, algo más de concreción a la hora de contar y un estilo más ambicioso. Sin embargo, qué duda cabe de que Cristina Cerrada es una de las voces más interesantes de su generación, alguien cuya trayectoria conviene seguir de cerca (Care Santos, El Mundo).

Biografía del autor

Nació en Madrid. Doctora en Estudios Literarios por la UCM, licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la UCM, y en Sociología por la UNED, es coordinadora de varios cursos de narrativa breve y de novela. Ha escrito las novelas Calor de hogar, S.A. (2005), Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla, Alianzas duraderas (2007), La mujer calva (2008), Premio Lengua de Trapo de Novela, Anatomía de Caín (2010), Cenicienta en Pensilvania (2010), Premio Internacional Ciudad de Barbastro, Cosmorama (2015) y Europa (Seix Barral, 2017). Su narrativa breve incluye Noctámbulos (2003), Premio de Narrativa Casa de América, y Compañía (2004), Premio de Narrativa Caja Madrid. Sus relatos han sido incluidos en diversas compilaciones y antologías, y es autora de la comedia El club Mythic (2015). Colabora en diversos medios y forma parte del colectivo artístico Hijos de Mary Shelley .





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