Editorial Sexto Piso
	
					
					
						Colección Narrativa Sexto Piso, Número 0
					
					
					   Lugar de edición
					
					Madrid, España
					
					
                    
					
					
					
						Fecha de edición  mayo 2016  · Edición nº 1
					
					
					
						
						
							
						Idioma español
							
							
							
						
						
						
						
						
						
						
						
						
					
			    	EAN 9788416677023
					
						
						296 páginas
					
					
					
						
					
						Libro
						
							encuadernado en tapa blanda
						
						
						
						
					
					
					
						
					
					
					
								
					
						Dimensiones 150 mm x 230 mm
					
					
						
Dagerman se erigió como una nueva y rutilante estrella literaria con la publicación de esta historia protagonizada por siete náufragos, angustiados ante la perspectiva de su inminente muerte en una isla desierta.
La desolación del paisaje es geográfica y metafísica, y los descarnados e insomnes pensamientos de los personajes fluyen como aguas negras hacia el sumidero final.
Con su estilo sombrío y devastador, Dagerman escribe una fábula opresiva y nihilista del fin de los tiempos (y del hombre), a través de la cual asoman muchas de las ansiedades y de los miedos de una Europa que ha sufrido el horror de la Segunda Guerra Mundial, y ha perdido, definitivamente, la inocencia.
Sólo quedan la soledad y el más radical desamparo ante el vacío y el sinsentido de la existencia.
Stig Dagerman fue el niño prodigio de las letras escandinavas. Nacido en Älvkarleby (cerca de Estocolmo) en 1923, frecuentó los ambientes anarquistas suecos y se convirtió en un habitual de sus publicaciones. Entre 1945 y 1949, de los veintiuno a los veintiséis años, escribió toda su obra: cuatro novelas, cuatro obras de teatro, un volumen de novelas cortas, cuentos, ensayos y poemas. Se suicidó en la ciudad de Enebyberg en 1954, tras cinco años de silencio literario únicamente roto x{0026} x02014;dos años antes de su muertex{0026} x02014; por esa pequeña obra maestra titulada Nuestra necesidad de consuelo es insaciable (Pepitas, 2020).
			
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