Editorial Akal
Colección Nuestros clásicos, Número 0
Fecha de edición abril 2007
Idioma español
EAN 9788446022695
512 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
La modernidad en literatura comienza en 1881, con la publicación de La desheredada. Con esta novela, Galdós toma una decisión pensada y arriesgada, una decisión histórica: rompe con las divisiones tecnicistas y formales entre los géneros literarios, para mayor eficacia político-social del arma ideológica recién reinventada en sus manos: la novelización de los conflictos de clases. Representante de la burguesía liberal revolucionaria decimonónica, realiza una crítica interna implacable hacia su propia clase social, con sus propuestas por encontrar ciertos ideales y resolver ciertos problemas que preocupan a todos, y conocer el origen y el remedio de ciertos males que turban las familias , ya en la vida exterior , ya en la vida doméstica de la clase media o burguesía. Al mismo tiempo, y también desde el frente burgués al que pertenece, se posiciona contra el internacionalismo proletario en sus comienzos organizativos en España. He aquí la modernidad, he ahí la revolución que acusa La desheredada . Una novela que ha de leerse para volver a pensar nuestra historia actual y contemporánea.
Benito Pérez Galdós nació en Gran Canaria en 1843. Con veinte años viajó por Europa como corresponsal y a la vuelta tradujo a Dickens a partir de las ediciones francesas. En 1873 empezó a publicar los Episodios Nacionales, obra que le granjeó una inmensa popularidad y que continuaría escribiendo a lo largo de cinco series y a la par que novelas como Fortunata y Jacinta (1887), Miau (1888), Tristana (1892), Misericordia (1897), El abuelo (1897), Casandra (1905), El caballero encantado (1909; Nocturna, 2024) y La razón de la sinrazón (1915). En 1897 fue nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua Española. Colaboró con diversos medios de comunicación y perteneció al Partido Progresista de Sagasta, al Partido Republicano y a la Conjunción Republicano-Socialista (con este último, fue diputado en las Cortes en las legislaturas de 1907 y 1910). En 1912 fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura y un año después se quedó ciego. Murió en Madrid en 1920.
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