Publicada por primera vez en 1977, La asesina ilustrada supuso la revelación de Enrique Vila-Matas como uno de los escritores más audaces de su generación. Fue en 1975, en la buhardilla que había alquilado a Marguerite Duras en París, cuando el escritor barcelonés se enfrentó al reto de escribir una novela que provocara la muerte de quien la leyera. El resultado fue un texto donde se apunta lo que luego serían las constantes de uno de los autores europeos más valorados e influyentes de los últimos treinta años: el gusto por los juegos metaliterarios, el dominio de la ironía y los suplicios de la imaginación.
Con esta edición proponemos, a modo de homenaje, tres nue vas miradas sobre aquel paisaje fundacional: la del propio autor, quien examina su obra primeriza en el prólogo, un comentario plástico, obra del pintor argentino Óscar Astromujoff, y finalmente, como colofón, un epílogo donde el profesor Jordi Llovet analiza lo que fue su propio análisis del texto treinta años atrás.
Nació en Barcelona en 1948. De su obra narrativa destacan Historia abreviada de la literatura portátil, Suicidios ejemplares, Hijos sin hijos, Bartleby y compañía, El mal de Montano, Doctor Pasavento, París no se acaba nunca, Exploradores del abismo, Dietario voluble, Dublinesca, Chet Baker piensa en su arte, Aire de Dylan, Kassel no invita a la lógica, Marienbad eléctrico, Mac y su contratiempo y Esta bruma insensata. Entre sus libros de ensayos literarios encontramos Desde la ciudad nerviosa, El viento ligero en Parma, Una vida absolutamente maravillosa, Perder teorías, El viajero más lento e Impón tu suerte. Traducido a 36 idiomas, ha recibido, entre otros, el Premio FIL, el Formentor de las Letras, el Rómulo Gallegos, el Médicis-Étranger, el Nacional de Cultura de Cataluña, el Ciutat de Barcelona, el Herralde de Novela, el Fundación Lara, el Leteo, el de la Real Academia Española, el del Círculo de Críticos de Chile, el Meilleur Livre Étranger, el Fernando Aguirre-Libralire, el Jean Carrière, el Ennio Flaiano, el Elsa Morante, el Mondello, el Bottari Lattes-Grinzaine y el Gregor von Rezzori. Es Chevalier de la Legión de Honor francesa, pertenece a la convulsa Orden de Caballeros del Finnegans, y es destacado miembro de la Sociedad de Refractarios a la Imbecilidad General (con sede en Nantes).
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