Editorial Cátedra
Colección Letras hispánicas, Número 683
Fecha de edición abril 2011 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788437628479
624 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
Dimensiones 110 mm x 180 mm
Cuando en 1877 aparece Gloria , Galdós no era ni un autor novel ni un desconocido, encarnaba un tipo de escritor nuevo, profesional e independiente, que se labraba el éxito sin apoyos oficiales.
Gloria consagró a Galdós convirtiéndolo, a juicio de sus contemporáneos, en el mejor novelista de su generación y en el primero de los novelistas españoles de su tiempo.
Adscrita al género de la novela ideológica, más tarde conocida como novela de tesis, la concepción, escritura y publicación de Gloria coincidieron con importantes episodios de la historia nacional.
Pero Gloria es, ante todo, una obra inolvidable.
Como novedad esencial, en esta obra Galdós ofrece el primer ejemplo en su novelística de una mujer como protagonista, una mujer que nada tiene que ver con la heroína sumisa y dócil del folletín, sino un personaje con una personalidad vigorosa que defiende su inteligencia y su voluntad en un mundo antagónico.
Benito Pérez Galdós nació en Gran Canaria en 1843. Con veinte años viajó por Europa como corresponsal y a la vuelta tradujo a Dickens a partir de las ediciones francesas. En 1873 empezó a publicar los Episodios Nacionales, obra que le granjeó una inmensa popularidad y que continuaría escribiendo a lo largo de cinco series y a la par que novelas como Fortunata y Jacinta (1887), Miau (1888), Tristana (1892), Misericordia (1897), El abuelo (1897), Casandra (1905), El caballero encantado (1909; Nocturna, 2024) y La razón de la sinrazón (1915). En 1897 fue nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua Española. Colaboró con diversos medios de comunicación y perteneció al Partido Progresista de Sagasta, al Partido Republicano y a la Conjunción Republicano-Socialista (con este último, fue diputado en las Cortes en las legislaturas de 1907 y 1910). En 1912 fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura y un año después se quedó ciego. Murió en Madrid en 1920.
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