Editorial Austral
Colección Clásica Narrativa, Número 2
Fecha de edición junio 2014 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788467033984
1280 páginas
Libro
Dimensiones 125 mm x 190 mm
La novela Fortunata y Jacinta está considerada la narración más importante en lengua española después del Quijote. Ninguna obra española de los siglos XIX y XX refleja mejor que ésta el momento en que la clase media, la burguesía, tomaba parte fundamental de la vida social y asumía el control político de la nación, al tiempo que Madrid, protagonista indiscutible de la obra, adquiría el perfil de una urbe moderna. Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843 - Madrid, 1920) recoge en su obra cumbre el palpitar de una época, sus movimientos anímicos, tejiendo una visión de la conciencia humana proveniente de las ideas psicológicas dominantes en el siglo XIX. Fortunata y Jacinta debe ser entendida como un magnífico panorama de costumbres de a España decimonónica en el que la complejidad interior del individuo -su alma- se entremezcla con la descripción detallada -no exenta de crítica- de una sociedad en constante progreso.
Benito Pérez Galdós nació en Gran Canaria en 1843. Con veinte años viajó por Europa como corresponsal y a la vuelta tradujo a Dickens a partir de las ediciones francesas. En 1873 empezó a publicar los Episodios Nacionales, obra que le granjeó una inmensa popularidad y que continuaría escribiendo a lo largo de cinco series y a la par que novelas como Fortunata y Jacinta (1887), Miau (1888), Tristana (1892), Misericordia (1897), El abuelo (1897), Casandra (1905), El caballero encantado (1909; Nocturna, 2024) y La razón de la sinrazón (1915). En 1897 fue nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua Española. Colaboró con diversos medios de comunicación y perteneció al Partido Progresista de Sagasta, al Partido Republicano y a la Conjunción Republicano-Socialista (con este último, fue diputado en las Cortes en las legislaturas de 1907 y 1910). En 1912 fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura y un año después se quedó ciego. Murió en Madrid en 1920.
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