KATHERINE MANSFIELD (Wellington, Nueva Zelanda, 1888-Fontainebleau, Francia, 1923) tuvo una vida corta y una corta vida literaria. Entre su primer libro, En una pensión alemana (1911) y él último, Algo pueril y otros cuentos (1924), publicado ya tras su muerte, apenas transcurrieron 13 años. Pero sus cinco volúmenes de cuentos, que constituyen toda su obra (o casi, pues también contamos con su diario y sus cartas íntimas y un puñado de poemas y artículos críticos no faltos de interés), han bastado para convertirla en una de las más grandes (si no la más grande) narradoras del siglo XX. En una pensión alemana es su primer libro, y aunque pasara casi desapercibido en su momento, encontramos ya en él a una narradora dueña de un mundo y de un estilo, aunque no sean aún exactamente los de su temprana madurez. Cuentos directos y punzantes, sarcásticos e incluso hirientes, aunque también, a menudo, llenos de una recóndita ternura en los que se nos muestran, con todas su irisaciones, sutilezas y matices, la contradictoria naturaleza del género humano. A. L.
Katherine Mansfield (Nueva Zelanda, 1888-Francia,1923) fue una gran escritora que quiso trascender los límites de su tiempo y se reveló como una artista de la palabra. Trabajó sus cuentos como artefactos que trascendieran: bien por la temática: el paso del siglo XIX al XX, las consecuencias de la Primera Guerra Mundial, bien por el lenguaje utilizado, sus observaciones precisas, la sutil belleza, la elegancia de su estilo narrativo. Publicó tres libros de cuentos Preludio, Je ne parle pas français, Felicidad y La fiesta en el jardín). A esto se suman sus cuentos dispersos en diversos medios, muchísimas notas (más de 120 reseñas), un libro de poesía (conocido de forma póstuma), sus cartas, un Diario canónico (editado -y manipulado- por su marido: John Middleton Murry) y sus papeles dispersos.
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