Editorial Gadir Editorial, S.L.
Colección Gadir Bolsillo, Número 0
Lugar de edición
Madrid
Fecha de edición mayo 2014 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788494244377
168 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
Dimensiones 125 mm x 190 mm
Entre 1860 y el final de su vida, en 1870, Dickens publicó, en un semanario que él mismo fundó, las crónicas de El viajero sin propósito, de las que aquí se presenta una cuidada selección, traducidas por primera vez al castellano. Los textos que agrupa, entre la crónica y el relato, tienen en común el viaje como hilo conductor, y son, al mismo tiempo, páginas autobiográficas, testimonio de una época y un ejercicio periodístico de primer nivel. Para muchos expertos en Dickens, estas páginas son indisociables de su mejor producción.
Dickens, gran viajero, gran paseante y excepcional observador, gustaba de vagabundear sin rumbo fijo, de noche y de día, por los muelles del puerto o los suburbios de Londres o París. Esa impronta de caminante urbano, capaz de retratar la variedad panorámica y la intensidad de la vida de la ciudad, marca estas páginas. Entre ellas encontramos el inconfundible humor de Dickens como en Refrigerio para el viajero ; obras maestras del periodismo, a un tiempo literario y de denuncia, como El cargamento del Gran Tasmania ; relatos autobiográficos, como Historias de mi aya , o Dullborough Town ; otros que nos llevan a Italia, Francia o Suiza... Piezas literarias únicas que, para regocijo del lector, conjugan el habitual buen hacer de Dickens, con su erudición y su ironía.
Charles Dickens (Portsmouth, 1812 - Londres, 1870), el mejor cronista de los cambios que la sociedad inglesa sufrió durante la época victoriana, tuvo una educación incompleta, que suplió con espíritu autodidacta. En 1836 aparecieron los capítulos iniciales de la que sería su primera novela, la quijotesca Los papeles póstumos del Club Pickwick, obra luminosa en la que ya se pueden encontrar las líneas maestras de su estilo, y que se convirtió en un gran éxito. A esta le siguieron otras novelas de enorme popularidad como Oliver Twist (1837), Nicholas Nickleby (1838-1839) y La tienda de antigüedades (1840-1841). Poco a poco a su celebridad se le añadiría el creciente reconocimiento como gran escritor.
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