Editorial Cabaret Voltaire
Fecha de edición febrero 2013 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788494035326
464 páginas
Libro
Dimensiones 123 mm x 190 mm
Esta primera novela de Jean Cocteau de 1919, todavía inédita en español, es un verdadero experimento trasgresor y significó su nacimiento como escritor. Cocteau nos ofrece un montaje de textos, acompañados por un centenar de dibujos de trazos sorprendentes y de inspiración cubista.
En esta particular novela gráfica Cocteau nos presenta una obra poblada de seres fabulosos, enigmáticos e irreales, algunos de los cuales de una crueldad aterradora: los sanguinarios y voraces Eugènes que devoran a una ingenua y aburguesada pareja de recién casados, los Mortimer; el cocodrilo que se come a mordiscos a Odilia , en un poema declamado por la Faringe, otra criatura extraña; el Minotauro que invita a Teseo a visitarle y a hacerle compañía; y, por supuesto, El Potomak, ese enigmático monstruo que vive en un acuario situado en los sótanos de la iglesia de La Madeleine.
Jean Cocteau (Seine-et-Oisc, 1889 París, 1963) fue una de las figuras principales de la cultura francesa del siglo XX. Se expresó sobre todo como escritor, pero sus inquietudes nunca se vieron satisfechas con una sola actividad, ni tampoco con un único estilo. Brillantísimo polímata y genuino camaleón, Cocteau fue transitando desde sus comienzos románticos hacia el experimentalismo de una literatura que se quería la respuesta adecuada al cubismo pictórico. De un modo u otro, el francés siempre se situaba en primera fila de lo que podía considerarse la vanguardia, cuando no era su propia obra la que generaba esa actitud de avanzadilla estética. Se aprecia en su labor poética el encandilamiento con la palabra y su sonoridad: Poésies (1920), Opéra (1927), Clair-Obscur (1954). Pero si su dimensión poética puede acaso denotar un cierto gusto por el refinamiento extremado, no ocurre lo mismo con sus novelas, como Le Potomak (1919), Thomas limposteur (1923) y, muy especialmente, Les enfants terribles (1929). La relación con el teatro dio otro tipo de obras, dramas, argumentos de ballet, libretos de ópera... Cocteau colaboró de una u otra forma con varios de los compositores más grandes de su época: Satie, Poulenc, Stravinski. Como autor de dramas, sus obras que más huella han dejado en el teatro moderno son, probablemente, Les parents terribles (1938) y Les monstres sacrés (1940). Como cineasta, su filmografía es fecunda en ideas e influencias, y al menos dos de sus películas se alzan como auténticos clásicos: La belle et la béte (1945) y Orphée (1949).
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