Editorial Valdemar
Fecha de edición diciembre 2008
Idioma español
Traducción de Armiño, Mauro
EAN 9788477026204
Libro
Edgar Allan Poe (1809 - 1849),
de cuyo nacimiento se cumplen
ahora doscientos años, propició,
en opinión de H.P. Lovecraft,
un amanecer literario que afectó
no sólo a la historia del cuento fantástico,
sino a la del relato corto en general,
modelando indirectamente las tendencias
y el rumbo de una gran escuela estética europea . Generaciones de lectores han disfrutado,
y se han estremecido, con relatos como
El corazón delator, El retrato oval,
El pozo y el péndulo, Hop-Frog,
La máscara de la muerte roja,
y tantos otros, verdaderas piezas maestras
del relato de terror.
La presente edición reúne trece
de sus mejores historias, enriquecidas
por las ilustraciones de otros trece
artistas plásticos contemporáneos,
que han aportado su personal visión
para este homenaje.
Edgar Allan Poe hijo de unos actores ambulantes de teatro, se quedó huérfano a los dos años. Fue criado por John Allan, un hombre de negocios rico, y educado en Inglaterra y Norteamérica. Su vida universitaria fue rebelde y libertina, en esta época es cuando el poeta empieza a beber, hasta que es expulsado de la Universidad de Virginia por jugador. En 1827 escribió su primer volumen de poesías, Tamerlán, en la que se denota una leve inclinación byroniana. En 1830 lo admitieron en la Academia Militar de West Point, de la que pronto fue expulsado. A partir de entonces se inicia su agitada carrera literaria.<br> Vivía al día, como periodista con un sueldo mediocre, pero estas actividades lo llevaron a conseguir muchos trabajos en calidad de colaborador y posteriormente, llegar a la dirección de numerosos periódicos, entre ellos el Southern Literary Messenger, el cual se convirtió bajo su dirección en el más importante periódico del sur. Por todos estos empleos recibía un sueldo mísero, pero a cambio le daban la oportunidad de publicar sus relatos, lo que le proporcionó fama; sin embargo, la mayor parte del tiempo vivió el la más absoluta miseria, con algunos lapsos de relativa calma.
|