Editorial Valdemar
Colección El Club Diógenes, Número 228
Fecha de edición febrero 2009
Idioma español
Traducción de Santervás, Rafael
EAN 9788477026303
156 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
Dimensiones 120 mm x 190 mm
Los temas bíblicos de la creación del mundo y del hombre obsesionaron a Mark Twain (1835-1910) durante toda su vida de escritor. Es constante la referencia en sus relatos, cartas y anotaciones a trabajos que estaba desarrollando, o proyectos que planeaba, con la intención de reunirlos en una magna obra dedicada a los escritos bíblicos. Mark Twain conocía muy bien la Biblia, como lo demuestra la gran influencia que tuvo en toda su obra, pero en estos relatos sobre el Antiguo Testamento encontramos también las huellas de su propia vida: El diario de Adán y Eva se convierte en un tierno y emocionado recuerdo de su mujer, Olivia Langdon, que había muerto un año antes de su redacción.
En todos estos relatos está presente, como factor unificador, el vigoroso humor de Mark Twain, con su estilo sencillo, directo, ácido e irreverente, y la misma actitud franca y vital en defensa del ser humano cuyas debilidades y pretensiones ridiculiza.
(Seudónimo de Samuel Langhorne Clemens, Florida, Misuri, 1935 - Redding, Conética, 1910) es, junto a Herman Melville y Edgard Allan Poe uno de los padres de la narrativa estadounidense contemporánea. Se ganó la vida como impresor y cajista, piloto de vapor en el Misisipi o buscador de oro en Nevada y California. Sus novelas Las aventuras de Tom Sawyer y, sobre todo, Las Aventuras de Huckleberry Finn lo consagraron como uno de los escritores más importantes de su tiempo. Viajó por todo el mundo dando conferencias y codeándose con reyes, presidentes de Gobierno o delincuentes de guante blanco, al tiempo que se arruinaba un par de veces y caía en la depresión, sin perder jamás su sentido del humor, tan brillante como feroz.
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