«El fiscal Varga andaba metido en el proceso Reis, que duraba ya casi un mes y se habría arrastrado al menos otros dos, cuando en una deliciosa noche de mayo, después de las diez y no más tarde de la medianoche según los testimonios y la autopsia, le mataron. Así empieza Sciascia esta novela cuyo protagonista, el inspector Rogas, movido por un meticuloso rigor intelectual, se sumerge en el caso con una tenacidad casi obsesiva en busca de un asesino fantasmal, porque a este primer crimen siguen otros igualmente enigmáticos e inquietantes. Y, detrás del miedo y los silencios, omnipotente, el Poder, «que progresivamente degenera en la inexplicable forma de una concatenación que bien podríamos tachar de mafiosa. Al situar esta historia en un país imaginario donde, según Sciascia, las ideas carecen de valor, donde las ideologías se reducen en política a puras denominaciones en el juego de los diferentes papeles que el poder se atribuye y donde lo único que cuenta es el poder por el poder, pocos podrán sentirse ajenos a ella.
Leonardo Sciascia (1921-1989), hijo del administrador de una azufrera siciliana, estudió Magisterio y dedicó parte de su juventud a la enseñanza, que poco después abandonó para dedicarse al periodismo, a la política y a la escritura, convirtiéndose en uno de los autores italianos más influyentes del siglo pasado. Tanto el compromiso social y político de Sciascia como el profundo apego que sentía hacia su Sicilia natal asoman con frecuencia en las historias y los personajes que conforman su prolija obra narrativa, entre la que destacan títulos memorables como i El día de la lechuza /i , i Todo modo /i o i A cada cual, lo suyo /i .
|