Este libro se abre en dos direcciones aparentemente opuestas, que no constituyen sino dos maneras de mirar la obra de Franz Kafka. La primera parte del libro contiene un cuento y un fragmento del escritor checo, titulados ambos "El cazador graco", que continua un ensayo de Guy Davenport referido directamente a estas dos piezas narrativas.
En su segundo apartado aparecen los grabados en madera que sobre el Proceso de Kafka diseñara y ejecutara el pintor norteamericano Philip F. Bragar.
Franz Kafka (1883-1924) fue un escritor de lengua alemana, conocido por sus cuentos, relatos, novelas y parábolas que exploran la alienación, el absurdo y la angustia existencial. Nacido en Praga, en el seno de una familia judía de clase media, Kafka vivió gran parte de su vida en una constante lucha interna entre su deseo de escribir y su trabajo en una oficina de seguros. Las tensiones familiares, especialmente con su padre, una figura autoritaria y distante, influyeron en su particular concepción del amor, algo que plasmó en gran parte de su obra literaria. A lo largo de su vida, Kafka mantuvo relaciones amorosas complicadas. En sus cartas a Felice Bauer, Milena Jesenská y otras mujeres, reflejó tanto sus obsesiones y entusiasmos como su temor a la intimidad y a la vida matrimonial. Esta constante introspección y el conflicto con su propia identidad se trasladan a su literatura, caracterizada por escenarios opresivos y personajes atrapados en sistemas burocráticos o situaciones ineludibles, como en El proceso y La metamorfosis. Pese a haber escrito mucho, Kafka publicó solo una pequeña parte de su obra en vida, y fue su amigo Max Brod quien se encargó de preservar y difundir su legado póstumo. Afectado por la tuberculosis, Kafka falleció en 1924 a la edad de 40 años. Hoy es considerado uno de los autores más influyentes del siglo XX.
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