Editorial Akal
Colección Nuestros clásicos, Número 0
Lugar de edición
Tres Cantos, España
Fecha de edición noviembre 2006 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788446010548
440 páginas
Libro
Dimensiones 120 mm x 170 mm
Desde el mismo momento de su publicación en 1876, ha sido Doña Perfecta una obra de continuo éxito editorial y de público y ha resultado la más estudiada de las novelas galdosianas tras Fortunata y Jacinta.
Igualmente, ha sido una de las obras más influyentes sobre autores posteriores, además de uno de los textos españoles más leídos después del Quijote.
A pesar de esto, o por ello mismo, ha sido acusada también de ser una obra defectuosa, inmadura, partidista, de tesis...
e, incluso, de no ser una novela sino un panfleto anticlerical y anticatólico, obviándose que presenta tal serie de elementos diversos que su comprensión y su análisis se convierten en una empresa compleja y difícil de realizar.
Y hasta tal punto se conforma, así, una obra enrevesada que la crítica no ha conseguido ponerse de acuerdo en algunos de sus aspectos centrales.
en último término, a causa de la habilidad del por entonces joven Galdós para presentar una obra extraña, en bastante medida, no sólo al panorama literario español de comienzos de la Restauración borbónica, sino de lo que se acostumbraría a escribir y leer todavía años después.
Benito Pérez Galdós nació en Gran Canaria en 1843. Con veinte años viajó por Europa como corresponsal y a la vuelta tradujo a Dickens a partir de las ediciones francesas. En 1873 empezó a publicar los Episodios Nacionales, obra que le granjeó una inmensa popularidad y que continuaría escribiendo a lo largo de cinco series y a la par que novelas como Fortunata y Jacinta (1887), Miau (1888), Tristana (1892), Misericordia (1897), El abuelo (1897), Casandra (1905), El caballero encantado (1909; Nocturna, 2024) y La razón de la sinrazón (1915). En 1897 fue nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua Española. Colaboró con diversos medios de comunicación y perteneció al Partido Progresista de Sagasta, al Partido Republicano y a la Conjunción Republicano-Socialista (con este último, fue diputado en las Cortes en las legislaturas de 1907 y 1910). En 1912 fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura y un año después se quedó ciego. Murió en Madrid en 1920.
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