Editorial EDICIONES OBELISCO S.L.
Fecha de edición febrero 2002
Idioma español
EAN 9788477209188
Libro
Con su ingenio y encanto habituales, Mark Twain (1835-1910), uno de los más grandes escritores de nuestro tiempo, nos presenta la historia del Jardín del Edén.
He aquí los divertidos y amenos diarios de Adán, el padre legendario, y Eva, la madre de la raza humana.
Las relaciones entre el sexo femenino y el masculino ¿han sido siempre las mismas? Twain nos responde a esta pregunta presentándonos a nuestro padre Adán constantemente importunado por la curiosidad de su compañera hembra que, con la naturaleza inquisitiva y su practicidad y sagaz modo de ver cuanto le rodea, pone e impone nombre a todos los lugares, seres, y animales del jardín, Es Eva quien descubre (antes que su compañero) no sólo el fuego o el humo sino también sentimientos tan universales como el amor, el dolor, y la belleza de las cosas...
También, claro está, el amor y la atracción hacia su gandul y a veces tosco compañero que no tiene otro remedio que llegar a una única y posible conclusión: allí donde estaba ella, estaba el paraíso.
Twain nos rememora así el conmovedor y secular mito del paraíso o jardín del Edén utilizando de modo magistral el humor, el sarcasmo, la inteligencia incisiva y unos sutiles toques de patetismo para mostrarnos las ancestrales debilidades y modos de ser de la naturaleza humana.
(Seudónimo de Samuel Langhorne Clemens, Florida, Misuri, 1935 - Redding, Conética, 1910) es, junto a Herman Melville y Edgard Allan Poe uno de los padres de la narrativa estadounidense contemporánea. Se ganó la vida como impresor y cajista, piloto de vapor en el Misisipi o buscador de oro en Nevada y California. Sus novelas Las aventuras de Tom Sawyer y, sobre todo, Las Aventuras de Huckleberry Finn lo consagraron como uno de los escritores más importantes de su tiempo. Viajó por todo el mundo dando conferencias y codeándose con reyes, presidentes de Gobierno o delincuentes de guante blanco, al tiempo que se arruinaba un par de veces y caía en la depresión, sin perder jamás su sentido del humor, tan brillante como feroz.
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