Comme si sa biographie se confondait avec la liste de ses romans, l'idée est venue à Françoise Sagan de se promener dans le paysage de son Suvre. Idée amusante et parfois cruelle qui l'entraîne dans une flânerie mélancolique à travers profils perdus , chagrins de passage , lits défaits et bleus à l'âme .
Au hasard de la lecture, surgissent des moments de temps retrouvé : le charmant petit monstre de Carjac, les années Saint-Germain-des-Prés, ses amours, ses maisons, ses voyages.
Voyages autour d'elle-même, en somme, pages confidentielles traversées de fous rires qui nous rapprochent encore d'un écrivain que nous admirons. Mieux : d'une personne que nous aimons.
Françoise Sagan (Carjarc, 1935-Honfleur, 2004) creció en el seno de una familia acomodada y a los dieciocho años, en 1954, publicó Buenos días, tristeza, novela que cosechó un éxito sin precedentes entre la crítica y el público, y que es un punto de referencia obligado de varias generaciones. Ya en 1958 fue llevada a la gran pantalla por Otto Preminger, con Jean Seberg, David Niven y Deborah Kerr como protagonistas. Sagan, aquel adorable pequeño monstruo , como la llamó François Mauriac, se convertiría muy pronto en todo un mito. Después escribió numerosas obras x{0026} x02014;novelas, piezas de teatro, biografías, memorias y textos variosx{0026} x02014; y llevó una intensa vida bohemia, envuelta en escándalos, que contribuyeron a su leyenda. Pocas novelas como Buenos días, tristeza han tratado mejor los conflictos entre el culto al placer y el remordimiento.
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