Editorial Acantilado
Colección El Acantilado, Número 0
Lugar de edición
Barcelona, España
Fecha de edición junio 2024 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788419958037
424 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
Dimensiones 131 mm x 210 mm
En noviembre de 1914, tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, Stefan Zweig anotó en sus Diarios: He tenido que escribir a Romain Rolland, necesitaba desahogarme con un amigo. Aquí nadie me entiende: carecen de la voluntad fi rme de ser justos . Y precisamente ese elevado sentido de la justicia, así como su fervorosa defensa del pacifi smo y de los ideales humanistas, unió al futuro Nobel francés con su más fi el discípulo austríaco. Ambos se pronunciaron públicamente contra la contienda, denunciando en sus cartas las noticias falsas, el odio entre naciones y el egoísmo de los que guardan silencio. Esta correspondencia, escrita por dos espíritus afi nes desde dos países enfrentados, es un testimonio excepcional de la catástrofe de la Gran Guerra y del ferviente deseo de dos de los escritores más lúcidos de la primera mitad del siglo xx de construir una Europa unida basada en la fraternidad entre los pueblos.
ROMAIN ROLLAND (Clamecy, 1866; Vézelay, 1944), narrador, dramaturgo y ensayista, fue la conciencia europea de entreguerras. Pacifista insobornable y de educación enciclopédica, publicó sus escritos contra la Primera Guerra Mundial (cuyo estallido le había sorprendido en Ginebra) desde la Suiza neutral y obtuvo el Premio Nobel de literatura en 1915. Pese a ocupar una cátedra de historia de la música en la Sorbona, vivió de forma espartana, trabajando día y noche para ampliar sus saberes a través de la lectura. Su biografía de Beethoven, leída y releída con reverencia durante décadas, y con la que dio un poderoso impulso en el siglo XX a la recepción francesa del compositor alemán, muy comedida hasta entonces, fue uno de sus mayores éxitos editoriales. Una secuela tardía de esta veneración fue el ensayo Goethe y Beethoven, de 1930, cuya primera entrega había ya aparecido en la revista Europa en 1927. Además de su culto a ciertos artistas excepcionales, sobre los que compuso una serie de biografías admirables (Miguel Ángel, 1907; Händel, 1910; Tolstoi, 1911), y su interés por los pensadores de la India y las experiencias de la Rusia soviética, su simpatía por los hombres animó siempre el trasfondo de sus dramas históricos y filosóficos. Su obra narrativa, entre la que destaca el ciclo novelístico Jean-Christophe (de próxima aparición en Firmamento), revela tanto la modernidad de sus temas como la originalidad de sus formas, deudoras de una mirada universalista que no impidió que encarnasen como uno de los mayores valores de las letras francesas de la primera mitad del siglo XX.
Stefan Zweig es un bio grafo peculiar. Escoge personajes poco probables, figuras extremas, movidas por obsesiones y lacerantes contradicciones internas. Personajes que, como Fouche o Magallanes, se encuentran envueltos en momentos cruciales, cuyas decisiones desencadenan, de una forma u otra, consecuencias imprevisibles con repercusiones enormes. Tambie n la de otros, como von Kleist o Nietzsche, en cuya hondura, soledad y melancoli a parece que retrata Zweig la suya propia. En el caso de Nietzsche, el retrato de los tormentos del genio, el sentido moral con el que mira a la verdad, captan parte del drama interno del autor y del que este percibe en el destino de la Europa de posguerra que tiene ante si .
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