Editorial Anaya
Fecha de edición noviembre 2009 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788466785037
216 páginas
Libro
encuadernado en tapa dura
Dimensiones 31 mm x 24 mm
Este libro recoge los más conocidos relatos de misterio y terror de Edgar Allan Poe de cuyo nacimiento se cumplen doscientos años , desde el Manuscrito hallado en una botella hasta Hop-frog , pasando por textos tan célebres como El corazón delator , La caída de la casa de Usher , Ligeia , etc. En ellos puede advertirse todo el arco de posibilidades y modos que tuvo Poe de acercarse a la literatura de terror: espacios cerrados, amores fúnebres, mares tenebrosos, tumbas, cadáveres, sangre y esa típica opresión psicológica que procede de lo extraordinario, es decir, de lo que está más allá de los sentidos, de toda naturaleza, de cualquier lógica. En esta edición, anotada y con prólogo de Luis Alberto de Cuenca, han colaborado además de Javier Serrano, que ha realizado la cubierta , seis ilustradores de primera fila del panorama español y latinoamericano: Raúl Allen, Pere Ginard, Max Hierro, Beatriz Martín Vidal, Javier Olivares y Gabriel Pacheco. Estoy seguro de que a Borges, aficionado como fue, antes de quedarse ciego, a pasear sus ojos por las láminas de los libros ilustrados más bellos de su época, le hubiese gustado, y le hubiese gustado mucho, esta nueva edición, auspiciada por Anaya, de los mejores cuentos de Poe . (Luis Alberto de Cuenca)
Edgar Allan Poe hijo de unos actores ambulantes de teatro, se quedó huérfano a los dos años. Fue criado por John Allan, un hombre de negocios rico, y educado en Inglaterra y Norteamérica. Su vida universitaria fue rebelde y libertina, en esta época es cuando el poeta empieza a beber, hasta que es expulsado de la Universidad de Virginia por jugador. En 1827 escribió su primer volumen de poesías, Tamerlán, en la que se denota una leve inclinación byroniana. En 1830 lo admitieron en la Academia Militar de West Point, de la que pronto fue expulsado. A partir de entonces se inicia su agitada carrera literaria.<br> Vivía al día, como periodista con un sueldo mediocre, pero estas actividades lo llevaron a conseguir muchos trabajos en calidad de colaborador y posteriormente, llegar a la dirección de numerosos periódicos, entre ellos el Southern Literary Messenger, el cual se convirtió bajo su dirección en el más importante periódico del sur. Por todos estos empleos recibía un sueldo mísero, pero a cambio le daban la oportunidad de publicar sus relatos, lo que le proporcionó fama; sin embargo, la mayor parte del tiempo vivió el la más absoluta miseria, con algunos lapsos de relativa calma.
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