Cuentos de Galitzia

Cuentos de Galitzia

Stasiuk, Andrzej

Editorial Acantilado
Colección Narrativa del Acantilado, Número 0
Fecha de edición septiembre 2010 · Edición nº 1

Idioma español

EAN 9788492649570
126 páginas
Libro encuadernado en tapa blanda


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P.V.P.  14,00 €

Sin ejemplares (se puede encargar)

Resumen del libro

En la Europa central, al norte de los Cárpatos, con topónimos y fronteras móviles y ciudades tan relevantes como Cracovia o Lemberg, Galitzia ha sido uno de los focos culturales más activos de Europa. En este libro se nos propone una visita a los habitantes de un pueblo galitziano a través de una sucesión de pequeños cuadros, en un reencuentro con la memoria. La medida de un escritor genuino radica en su habilidad para evocar un lugar, que casi instantáneamente se convierte en conocido a pesar de nuestra distancia. Andrzej Stasiuk es un gran estilista, con una enorme finura para la descripción minuciosa que alumbra personajes y situaciones . Irvine Welsh, The New York Times.
¿Que no hay nada nuevo en el Este? La ascensión de Andrzej Stasiuk a la cumbre de las letras polacas, donde ha cosechado uno de los éxitos más fulgurantes de los últimos años, contradice este tópico . Alexandra Laignel-Lavastine, Le Monde. FRAGMENTO: JOZEK
Cuarenta y pico anos, la cara de zorro ladino y el cuerpo mas seco que un sarmiento. El ultimo tractorista del pgr,Çb ya que el tractor tambien es el ultimo, y nuevos ya no habra. Nunca. Pero Jozek no conoce esa palabra, pues pertenece al campo de la imaginacion; y, como de costumbre, en medio del tiempo estancado se esfuerza por insuflar un poco de vida en aquel fiambre de hierro. Porque si su tractor sigue en circulacion es solo porque Jozek sabe que desmontarle a quien.
-Y para que demonios le sirve el alternador¡K si de todos modos no sabe conducir¡Xmasculla para sus adentros, manejando a oscuras una llave del 19 con la misma precision que un chino los palillos. Enseguida le pegara el cambiazo con su chatarra, untara de barro los tornillos que ha sacado y nadie se dara cuenta. En el paisaje de un mundo agonizante, entre despojos de maquinas y mecanismos inertes, a mitad de camino entre una sembradora oxidada y una fragua muda y fria, su figura conserva la movilidad. Tiene cuarenta y pico anos, pero es viejo. Data de los tiempos del paraiso.
-!Tio! Que si trae el cemento, que si llevate la lana, que si vete a por abono, a por gasoleo¡K Los clientes hasta se pegaban, porque en aquel entonces quien iba de autónomo, se llevaba antes unas leches que un saco de cemento. Y aqui a nadie se le daban bien las cuentas. El viejo tampoco podia decir nada como no te pillase con las manos en la masa. .Echarme? Y quien le hubiera venido aqui, hasta esta Ucrania. Y ahora Se encoge de hombros, señala el remendado asiento y arranca, inocente como un angel, como un nino, como un ser de cuando Dios aun deliberaba sobre el concepto del pecado. Los desheredados viven en el presente. Si acaso poseen algun pasado, se trata de un recuerdo, de algo igual de indefinido que el futuro. Habia ido a parar alli desde los alrededores de .......Limanowa. No por decision propia. Lo trajeron sus padres cuando tenia pocos anos. En medio de aquel yermo pudo observar y memorizar la creacion del mundo. La realidad del pgr era el universo. Alli se nace, se vive y se muere. Nada de ocho horas en la fabrica, un trayecto en tranvia y despues la intimidad del hogar. Las mismas caras en el trabajo, las mismas en el camino embarrado que hace las veces de paseo, plaza mayor, lugar de escarceos amorosos y reyertas. Nunca viene nadie nuevo, a veces alguien se va. Incluso el cuartel es provisional, pues en el se espera a que pase el tiempo de paz. .De que memoria estarian dotados los primeros seres humanos? Supongo que seria inversamente proporcional a su libertad. Esta correlacion, mas que cualquier otra, nos aproxima a los animales. En cierta ocasion, de camino al bar, le pregunte para que llevaba en la manga aquella palanqueta.
-Yo alli no los conozco a todos. No se sabe quien es amigo y quien enemigo.
Una vez me lo encontre en la cuneta, durmiendo a pierna suelta en su tractor escorado. Solia dormir alli donde le entraba el sueno. Asi pues, entregado por completo a los sentidos y a la cautela, al razonamiento instantaneo para salir del paso. .Cuando comas, come. Cuando bebas, bebe.. Son los consejos que dan los maestros zen a sus discipulos. Probablemente provocarian en Jozek sincera hilaridad. Los maestros pierden un monton de tiempo en descubrir las verdades fundamentales. Pero incluso el practicaba la reflexion si le podia proporcionar consuelo. Un dia me lo encontre en el bosque. Sentado en su tractor, pisaba a fondo el acelerador y se iba hundiendo lentamente en la cienaga. Con optimismo ebrio confiaba en escapar del abismo fangoso, aunque el barro ya se le metia en las katiuskas. -No pasa nada. Asi es la vida-repetia a cada instante-. A veces las cosas salen bien y a veces no. Sin duda a las mentes sencillas se les da mejor la interpretacion de la realidad. La civitas del pgr estaba cimentada sobre el principio de comunidad. Sirviendose de la navaja de Ockham, Jozek habia llegado hasta la ultima consecuencia de la formula .A cada uno segun sus necesidades, de cada uno segun sus capacidades.. En el fondo, este postulado no suponia limitacion alguna, pues las posibilidades del hombre son dificiles de determinar, su presentacion se adecua a las circunstancias y esta controlada por la razon. .Y que decir de las necesidades, cuyas raices se hunden en el oscuro e irracional albedrio? De modo que daba lo que queria y tomaba cuanto podia, adaptando la filosofia racional a la impulsiva naturaleza del hombre. Tengo la vaga corazonada de que si el sistema del que Jozek constituia una remota sucursal acabo por desmoronarse, no fue gracias a la oposicion de unos pocos que sublimaban la virtud, la verdad y la honradez. Estos valores, por supuesto, son bellos, pero demasiado abstractos y de todo punto insuficientes para construir una existencia viva. Si la estructura logica, mecanica y tambien abstracta del sistema salto por los aires, fue porque en su interior vivian Jozek y sus hermanos y hermanas, una legion de desheredados libres de los lastrantes preceptos de la moralidad, la religion y la memoria. Entregados a los instintos, atentos a los incitantes ronroneos de la naturaleza, formaban una masa que ni la estructura mas ingeniosa podia contener. Cierto dia de invierno me quede atascado de tal manera que ni con la traccion a las cuatro ruedas conseguia moverme hacia delante o hacia atras. En esas estaba cuando acerto a pasar el. Enganchamos una cuerda y me remolco a traves de un kilometro de dunas de nieve.
Invitas a una botella-dijo de broma, arqueando en una sonrisa su hocico de zorro.
Y yo le respondi en serio:
-Invito.
Y nos fuimos a beber.
El bar estaba frio y desierto, no habia mas que la camarera de pie tras una piramide de jarras que parecia un prisma de hielo. A la tercera ronda descendio al cuerpo de Jozek el espiritu de Raymond Roussel y empezo a dictar a traves de su boca un Locus Solus zurcido y remendado. Como si el escritor quisiera desquitarse del desprecio sufrido en su encarnacion anterior. Solo que el espiritu habia sustituido las refinadas asociaciones de sonidos y significados por una clave logopedica consistente en combinar con la mayor facilidad posible unos cuantos cientos de palabras (pues no son mas las que componen el vocabulario de Jozek) en fluidas retahilas capaces de describir la totalidad de la existencia. Es una cuestion de comodidad de la lengua, de facilidad, literalmente, para mover este pedazo de carne en la boca. Jozek no se traba, no vacila nunca y siempre parece dar en el blanco, pues no rectifica ni puntualiza nada. Jozek se apoltrona y, un vaso de vodka mas tarde, se transforma enteramente en elocuencia que repercute en el mundo, en la realidad entera, !digo!: influiria hasta en el cosmos como el agua regia en los metales. La continuidad de los hechos desaparece, desaparecen causas y efectos, desaparece el pecado junto con la historia. Todo sucede a la vez, comienza antes de tiempo y toca a su fin sin haber empezado. Vaso a vaso, Jozek va dando muerte al tiempo, llevando a cabo una delirante diseccion que deja al desnudo el endeble esqueletillo sobre el que desplegamos esfuerzos, logros, planes y esperanzas. En este torrente desaparece incluso el propio Jozek como frontera entre lo que fue y lo que sera. Si, ahi sigue sentado al otro lado de la mesa con una dejadez que aumenta sin cesar, escurriendose respaldo abajo y, con una avidez igual de creciente, da caladas al cigarro hasta que sus mejillas parecen tocarse por dentro. Pero su existencia se vuelve problematica. Del eje temporal desaparece el punto cero. Al cabo de una hora, terminada la botella, ya en plena tregua cervecera, cambia mi nombre por algun otro que antano formo parte de su vida. Al rato lo encuentra de nuevo y me invita al futuro, a pescar en primavera unas truchas que han aparecido en su mente como lejana reminiscencia infantil que lleva a remolque unas cuantas historias mas. Es una marana de sendas que se ramifican. Jozek no elige el camino. Va donde lo llevan las silabas comodas, el parecido de los nombres o el azar de su mirada ebria. Jozek entonces, hoy o manana nada como un pez en el oceano. Su estela siempre adopta la forma del doble lazo del infinito. Empina la botella y, con un borboteo, se traga la cerveza y, junto con la cerveza, su propia cola, porque Jozek es una serpiente ancestral, tal vez Leviatan, es decir, una variante del caos con la que Dios, a pesar del tiempo transcurrido, no ha sabido apanarselas, o quiza no haya querido por no facilitarnos en exceso la tarea. Por fin, como dandose cuenta de que solo un gesto puede liberarlo de la verborrea, se levanta, encuentra el equilibrio, busca la bufanda, pero no la ve porque la lleva colgando de la espalda como una gran lagartija verde, farfulla no se que mas y sale. Monta en el tractor, que, al igual que el caballo experimentado al cochero traspuesto, lo llevara hacia nuevos fraudes, estafas menudas y quites, esos secretos de la existencia autonoma. Porque Jozek es autonomo y aunque su libertad vaya englobada en cierta necesidad, el no tiene la menor idea de ello. Con la misma desenvoltura con que se entrega a sus pecados capitales predilectos, se planta en la iglesia el domingo por la manana. Esta de pie frente al altar, con unos pantalones azul marino, una camisa blanca y una chaqueta verde, todo ello de fiesta y de plastico. Cuando se arrodilla, cuando se persigna, saltan chispas electricas con un leve chasquido. La mujer peinada, los ninos duchados, sin empujarse ni chistar. La mesa es sencilla y esta cubierta con un mantel de encaje y Jozek sabe, aun sin ser consciente de ello, que incluso a el le toca una parte del perdon; que, segun la aritmetica del mundo, a cada pecado le corresponde una migaja de blanca hostia. Por eso, su cara zorruna se muestra tranquila. Esta en su terreno. Se deja llevar por el curso de las cosas. Jozek: un ser caotico y cosmico al mismo tiempo. Ningun extremismo le afecta. Cuando termine la ceremonia, una vez lo de Dios haya sido devuelto a Dios, el regresara a su mundo. El humo de los cigarrillos Popularne se mezclara con el aroma de las velas recien apagadas y el incienso, porque los hombres dejaran salir primero a las mujeres y se quedaran celebrando asamblea a la puerta de la iglesia, debatiendo sobre el resto del dia libre. Desde el lugar donde se alza el templo se ve el pgr como en la palma de la mano: un monte blanco y liso que se eleva suavemente hasta un horizonte cerrado por el peine de un bosque. Unos cuantos edificios: pesadas barcazas, sarpullidas y miseras, atrapadas en un viaje a ninguna parte, inmovilizadas sobre una gigantesca ola blanca. Leneras y pajares. Las prendas tendidas a secar se entrechocan y chasquean como cachos de carne congelada. El viento que viene del desfiladero trae torbellinos de nieve. Asi es el mundo de Jozek. Una realidad amorfa y apatica en la que la gravedad de la materia afecta a objetos y cuerpos por igual. El tiempo tiene forma esferica. Quienes mejor lo saben son las mujeres. Para ellas se divide en ciclos de nueve meses. Entre un parto y otro atienden los de las ovejas y algunas de ellas llegan a alcanzar cierto parecido con los animales en cuanto al numero de alumbramientos. Cinco hijos, siete, nueve¡K, los suficientes, en cualquier caso, como para creer que la vida no es sino una cadena infinita de nacimientos y muertes. La unica manera de escapar de ese circulo es mediante la virtud o el delito. La primera, Jozek la cultiva en la medida en que es necesaria para vivir entre la gente. Lo hace con moderacion y a reganadientes. Pero cuando suelta su: .!Menuda cogorza, compadre!. o cuando habla de .los tiempos de Gomu.ka. o .los de Gierek., desde el punto de vista de la cantidad de robos y lo facil que era cometerlos, en su voz resuenan un orgullo y una complacencia que no se esfuerza en disimular. Como si tales actos constituyeran la medida de la independencia, como si a traves de ellos salvaguardara su existencia individual y le confiriese sentido. Lo vi por ultima vez en verano. Pantalones de dril, camiseta interior y una boina negra desvaida. La piel tostada por el sol y en la boca una colilla perpetuamente encendida. ¡XTio, los checoslovacos me han llenado de lapos el tractor. Les habria arreado, pero ninguno queria pelear. Se encontraba haciendo la siega junto a la frontera eslovaca. A un lado el pgr polaco, al otro el extranjero. Los de alli iban a bordo de Zetor rojos con cabina insonorizada y radio dentro, anticipo del siglo xxi. Al ver el trasto de Jozek no pudieron contener la risa. A la semana estaba muerto. Aquel verano el sol volvia el cielo incandescente. Doce horas bajo la solana y la maquina ardiendo como un horno. Los companeros me contaron que aquel dia no habia nada que echarse al coleto. Ni un trago de cerveza o vino del pais. En pleno mediodia Jozek ahuyento a las ranas de una cienaga estancada y se hincho de agua. Al parecer lo mato el liquido traicionero. Cuando los medicos del hospital lo abrieron, afirmaron que su cuerpo parecia tener al menos cien años. Cada vez que pienso en el, me pregunto si se habra salvado. El y las legiones de congeneres suyos. No en vano constituian en cierto sentido una nueva tribu, un pueblo al que no habia llegado la buena noticia ni ningun nuevo apostol Pablo. La iglesia de la colina a la que acudia los domingos era un testimonio del dualismo del mundo. Podia uno entrar en ella y lavar sus culpas para sumergirse de nuevo en una realidad en la que las categorias de virtud y pecado no eran transparentes, se interpenetraban mutuamente al igual que la tiniebla y la luz antes del primer dia de la creacion. .No podria haber surgido en la mente de Jozek la intuicion de que el templo era una sucursal del caos circundante, instituida para que el, Jozek, pudiera someterse una vez por semana a una particular psicoterapia que le aseguraba la tranquilidad de espiritu?

Biografía del autor

Andrzej Stasiuk (born 25 September 1960 in Warsaw, Poland) is one of the most successful and internationally acclaimed contemporary Polish writers, journalists and literary critics. He is best known for his travel literature and essays that describe the reality of Eastern Europe and its relationship with the West.





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