Editorial Le Livre de Poche
Fecha de edición septiembre 1991
Idioma francés
EAN 9782253055204
630 páginas
Libro
Fables de vampires, histoires de doubles et de sortilèges, ce recueil évoque par bien des traits une taverne allemande d'Hoffmann, avec ses monstres inquiétants et ses fantômes grinçants. On y retrouve, en effet, les thèmes chers à la première génération romantique, et notamment sa fascination pour le fantastique venu d'Ecosse ou de Rhénanie. A ceci près, cependant, que Théophile Gautier imprime sa marque propre à cet univers trouble de la rêverie humaine : chaque récit reçoit un supplément d'angoisse et de surnaturel qui renforce sa dimension fantastique et l'agrémente d'un surcroît de mystère. L'un des proches de Théophile Gautier avait affirmé que " c'était peu de dire qu'il était superstitieux, il était la superstition même... " Ces Contes et récits fantastiques en sont la parfaite illustration. Derrière le bon vivant se cache en fait un homme taraudé par les sombres figures de l'irrationnel. A sa manière, peut-être, un devancier du Breton de Nadja, lequel dénonce la vanité de " la conventionnelle opposition de la folie et de la raison qui se refuse à faire la part de l'irrationnel ".
THÉOPHILE GAUTIER (Tarbes, 1811-1872) nació en el seno de una familia de clase media-baja con la que muy pronto hubo de instalarse en París. Estudió en el Lycée Louis-le-Grand y en el Lycée Charlemagne, donde se hizo amigo del poeta y novelista Gérard de Nerval. Sus predisposiciones naturales orientaban su vida hacia la pintura hasta que conoció a Victor Hugo, quien le inculcó su gusto por la literatura. Gautier asistió con entusiasmo al estreno de su drama Hernani en febrero de 1830. Durante esta velada, que pasaría a la historia literaria francesa, tomó partido por la fracción romántica que defendía a Hugo contra los partidarios del clasicismo. En ese mismo año aparecerá su primera colección de versos, financiada por su padre. En 1835, Honoré de Balzac le ofrece una colaboración con el periódico La Chronique de Paris. Gautier publicará en él (a menudo por necesidad) varios cuentos y críticas de arte. También colaborará con France littéraire y La Presse hasta 1855, consagrándose luego al periódico Le Moniteur universelle hasta su desaparición en 1868. Viajero infatigable, Gautier se declaró siempre fiel a las elecciones estéticas de su juventud, y, aunque su escritura evolucionase a la postre hacia el formalismo, siguió siendo romántica hasta el final. En las últimas décadas, la efervescencia de los estudios críticos en torno a su obra ha hecho justicia a un escritor admirado por autores de la talla de Mallarmé o Baudelaire (quien le dedicó Las flores del mal), pero también marginado por muchos de sus contemporáneos.
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