Editorial Alianza
Colección El Libro De Bolsillo - Biblioteca de autor, Número 0
Lugar de edición
Madrid
Fecha de edición enero 2013 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788420610764
144 páginas
Libro
Dimensiones 120 mm x 180 mm
Libro sujeto durante mucho tiempo al cliché que busca situar a esta región de España como el eje de su devenir histórico, "Castilla" (1912) es, sin embargo, una obra en la que laten conceptos como el eterno retorno formulado por Nietzsche o la intrahistoria unamuniana. No hay tanto presencia expresa de Castilla en este libro, ni evocaciones o añoranzas del pasado, como indagación de un país en su presente vivo y en su permanencia, así como la preocupación de Azorín (1873-1967) por los pueblos y las gentes de España, cuyo atraso y miseria no se esconde. Pero, sobre todo, lo que hay es literatura. Azorín -concluye en su prólogo Jorge Urrutia- no es en este libro un conservador, sino todo lo contrario, aunque, eso sí, todo lo centre en la literatura, el vaso y crisol de lo permanente.
José Augusto Trinidad Martínez Ruiz (Monóvar, Alicante, 1873 " Madrid, 1967), más conocido como Azorín, fue un novelista, ensayista, dramaturgo y crítico literario. La relevancia de su figura se basa, sobre todo, en su lucha por el renacimiento de la literatura española por medio de un grupo de escritores que él mismo bautizó como Generación del 98, del que fue el máximo exponente. En sus escritos prevalece el tema la eternidad y la continuidad, simbolizadas en las costumbres ancestrales de los campesinos, y su obra destaca también por una lúcida crítica literaria. Introdujo, además, un estilo nuevo y vigoroso en la prosa española. Es autor de ensayos como El alma castellana (1900), Los pueblos (1904) y Castilla (1912), aunque se le reconoce, sobre todo, por sus novelas autobiográficas La voluntad (1902), Antonio Azorín (1903) y Las confesiones de un pequeño filósofo (1904). Escribió textos brillantes en el campo de la crítica literaria como Los valores literarios (1913) y Al margen de los clásicos (1915). Colaboró en distintos periódicos, en los que utilizaba diversos seudónimos: Fray José, en La educación católica; Petrel y Juan de Lis, en El defensor de Yecla, etc. Escribió también en El eco de Monóvar, El mercantil valenciano y El pueblo, así como crítica literaria en ABC y La Vanguardia. En 1924 fue elegido miembro de la Real Academia Española y en 1946 se le otorgó la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.
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