Editorial Folio-Gallimard
Colección Folio Plus Classiques, Número 0
Fecha de edición mayo 2015 · Edición nº 1
Idioma francés
EAN 9782070463190
112 páginas
Libro
Dans Folioplus classiques, le texte intégral, enrichi d'une lecture d'image, écho pictural de l'oeuvre, est suivi de sa mise en perspective organisée en six points : VIE LITTERAIRE : Les Années folles ; L'ECRIVAIN A SA TABLE DE TRAVAIL : Le mythe revisité ; GROUPEMENT DE TEXTES THEMATIQUE : La figure du rebelle au théâtre ; GROUPEMENT DE TEXTES STYLISTIQUE : La réécriture du mythe : de Sophocle à nos jours ; CHRONOLOGIE : Jean Cocteau et son temps ; FICHE : Des pistes pour rendre compte de sa lecture.
Recommandé pour les classes de collège.
Jean Cocteau (Seine-et-Oisc, 1889 París, 1963) fue una de las figuras principales de la cultura francesa del siglo XX. Se expresó sobre todo como escritor, pero sus inquietudes nunca se vieron satisfechas con una sola actividad, ni tampoco con un único estilo. Brillantísimo polímata y genuino camaleón, Cocteau fue transitando desde sus comienzos románticos hacia el experimentalismo de una literatura que se quería la respuesta adecuada al cubismo pictórico. De un modo u otro, el francés siempre se situaba en primera fila de lo que podía considerarse la vanguardia, cuando no era su propia obra la que generaba esa actitud de avanzadilla estética. Se aprecia en su labor poética el encandilamiento con la palabra y su sonoridad: Poésies (1920), Opéra (1927), Clair-Obscur (1954). Pero si su dimensión poética puede acaso denotar un cierto gusto por el refinamiento extremado, no ocurre lo mismo con sus novelas, como Le Potomak (1919), Thomas limposteur (1923) y, muy especialmente, Les enfants terribles (1929). La relación con el teatro dio otro tipo de obras, dramas, argumentos de ballet, libretos de ópera... Cocteau colaboró de una u otra forma con varios de los compositores más grandes de su época: Satie, Poulenc, Stravinski. Como autor de dramas, sus obras que más huella han dejado en el teatro moderno son, probablemente, Les parents terribles (1938) y Les monstres sacrés (1940). Como cineasta, su filmografía es fecunda en ideas e influencias, y al menos dos de sus películas se alzan como auténticos clásicos: La belle et la béte (1945) y Orphée (1949).
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