Toda utopía responde a una proyección humana de un mundo ideal. Unas veces como idea puramente nostálgica de una pretendida edad dorada y otras como motor que impulsa realmente la sociedad en determinados aspectos. Los paraísos terrenales, el jardín de Gilgamesh o la isla de la Historia Sagrada de Euhemerus y los mitos de Hesiodo son anteriores a nuestra era.
Si nos limitamos a antecedentes clásicos más directamente relacionados con Moro tendremos que nombrar a Diodoro Sículo, a Plinio o a Luciano. Séneca presenta analogías incluso en su conflicto personal con el poder. Pero sin duda la fuente directa e indiscutible de Utopía es la República de Platón, con la que existen muchos puntos de contacto, aunque la isla de Moro esté basada en un sistema patriarcal y democrático.
El descubrimiento de América, por otro lado, espoleaba la imaginación y proporcionaba un campo de experimentación utópica en el Nuevo Mundo. Y más tarde el socialismo utópico, teoría y ensayos concretos, y la literatura en el plano artístico, perpetuarán una presencia que llega hasta nuestros días. Brave new world, de Huxley, Acte de violència, de Pedrolo, o Fahrenheit 451, de Bradbury, son en uno u otro aspecto utopías o antiutopías.
- De la introducción de Joaquim Mallafré
Tomás Moro político y escritor inglés, Tomás Moro (Londres, 1478-1535) llegó a ser uno de los máximos exponentes del humanismo renacentista. Procedente de la pequeña nobleza, estudió en la Universidad de Oxford y accedió a la corte inglesa en calidad de jurista. Miembro del Parlamento inglés y representante de la Corona en Londres, en 1521 le fue concedido el título de sir. Su postura contraria al anglicanismo le llevó a ser decapitado un año en 1535. En 1935 fue canonizado por Pío XI. En su obra, defiende un modelo ideal de organización social, contrario al militarismo y al desigual reparto de la riqueza. Su obra más conocida es Utopía.
|