Editorial Nórdica
Colección Mini-ilustrados, Número 0
Lugar de edición
Madrid, España
Fecha de edición septiembre 2021 · Edición nº 1
Idioma español
Ilustrador Serra, Adolfo
EAN 9788418930119
160 páginas
Libro
encuadernado en tapa dura
Dimensiones 130 mm x 210 mm
Nadie nació tantas veces como Fernando Pessoa: en Lisboa el 13 de junio de 1888, en abril de 1889 de nuevo en Lisboa y en Tavira el 15 de octubre de 1890, entre otras.
Fernando Pessoa nació cuantas veces quiso, ventrílocuo de sí mismo, empeñado en dar no solo voz sino vida completa (por más que para él poca vida había fuera de la escritura) a todas las voces que le habitaban.
Quiso llevar cada matiz, cada contradicción de su alma, hasta el extremo, y para ello creó su interna multitud, su hermandad de heterónimos.
Escribió los poemas de todos ellos, publicó solo cuatro libros en vida y unos cuantos poemas en revistas, y amontonó todo lo demás en un baúl que se haría famoso; un baúl lleno de gente, según expresión feliz de Antonio Tabucchi.
Otros poetas modernistas, dice Robert Hass, como Yeats, Pound o Eliot inventaron máscaras a través de las cuales hablaban ocasionalmente...
Pessoa inventó poetas enteros .
Fernando Pessoa (Lisboa, Portugal, 1888-1935), escritor, crítico, dramaturgo, ensayista, traductor, editor y filósofo, fue una de las figuras literarias más importantes y complejas del siglo xx y uno de los grandes poetas en lengua portuguesa. Director y colaborador de varias revistas literarias, se ganó la vida como redactor de correspondencia extranjera para empresas comerciales, traductor y vendedor de horóscopos. Escribió en inglés (vivió en Suráfrica en sus años mozos) una parte de su obra, que se desplaza magistralmente de la vanguardia al clasicismo. Desdeñoso de la fama, propuso siempre lo que él llamó una x{0026} x0201C;estética de la abdicaciónx{0026} x0201D;, en la que incluía no sólo x{0026} x0201C;la posibilidad de bienestar materialx{0026} x0201D; sino todo el sistema de relaciones humanas, desde el amor a la amistad, convencido de que el hecho divino de existir no debe asimilarse al hecho satánico de coexistir.
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