Editorial Ediciones Carena
Colección Carena Teatro, Número 0
Fecha de edición noviembre 2019 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788417852344
121 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda con solapas
Dimensiones 210 mm x 148 mm
La comedia en tres actos "Un adulterio decente" se estrenó en el Teatro María Isabel de Madrid, el 2 de mayo de 1935. La obra resultó un gran éxito, pues presentaba una versión paródica y satírica del eterno tema de la infidelidad conyugal. Jardiel utiliza el procedimiento de la inversión para mostrar a una mujer infiel que, en realidad, ama al marido más que a su amante, con la consiguiente desesperación de este. La obra está llena de situaciones extremas, de gran comicidad, y abunda en los originales diálogos jardielescos, elegantes y sorprendentes. Hallamos en la obra, asimismo, una sucesión de personajes absurdos y estrafalarios que añaden humor y frescura a la trama. Es una comedia del renovador del humor español que todos deberían conocer.
Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901-1952) es uno de los grandes renovadores de la novela y el teatro de humor. Tras publicar 'Amor se escribe sin hache' (1929), viajó a Hollywood como guionista de la Fox. Miembro del grupo literario bautizado por José López Rubio como La otra generación del 27 , del que también forman parte Edgar Neville y Miguel Mihura, es autor de obras de narrativa como 'Novísimas aventuras de Sherlock Holmes' (1928), '¡Espérame en Siberia, vida mía!' (1930), 'Pero ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?' (1931), 'La tournée de Dios' (1932) y 'Los 38 asesinatos y medio del Castillo de Hull' (1936), aunque su mayor popularidad la obtuvo en el teatro con comedias que suscitaron fuertes polémicas en el momento de su estreno y cosecharon enorme éxito: 'Usted tiene ojos de mujer fatal' (1933), 'Cuatro corazones con freno y marcha atrás' (1936), 'Eloísa está debajo de un almendro' (1940),'Los ladrones somos gente honrada' (1941) Hoy es considerado un maestro de la literatura de humor. Complejo, pesimista y desigual, en su nicho mandó grabar el epitafio: Si queréis los mayores elogios, moríos .
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