Editorial Akal
Fecha de edición mayo 2010 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788446025733
560 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
Dimensiones 17 mm x 11 mm
Isla de Elba, otoño del 8 d.C. (¿o quizá del 9?); Ovidio pasa unas vacaciones en casa de su amigo Máximo Cota (Ponto II 3, 83). Una terrible noticia le llega. Mediante un decreto de Augusto, recibe la fatal orden por la que se le destierra a Tomis (la actual Constanza rumana), en la nación de los getas, a orillas del mar Negro. Ovidio estaba en su momento de máximo esplendor literario, reconocido por sus coetáneos como el mejor poeta vivo, y después de haber glorificado a Julio César y divinizado como Júpiter al propio Augusto en sus todavía inacabadas Metamorfosis. Revalorizar la obra ovidiana del destierro, en la que describe su sufrimiento y la nostalgia de la patria y de la vida junto a los suyos, es una tarea siempre necesaria. El lirismo de pasajes tales como la elegía de la última noche en Roma o los dedicados a su esposa hace de Tristezas y Pónticas cuya belleza formal sólo es comparable a la profunda y embriagadora melancolía que connotan sus versos unos textos únicos merecedores de ocupar un lugar privilegiado en la historia de la literatura universal.
Publio Ovidio Nasón (43 a.C. " 17 d.C.), poeta romano, procedía de una familia acomodada, por lo que pudo estudiar retórica para dedicarse al Derecho junto con su hermano. A la prematura muerte de éste, decidió consagrarse al estudio de su verdadera vocación: la poesía. Sus maestros fueron Arelio Fusco y Porcio Latrón. Tras sus viajes por Atenas, Asia y Sicilia, regresó a Roma donde se relacionó con el emperador Augusto y desempeñó diferentes cargos públicos. La mayor parte de su obra se centra en el Ars Amatoria, el arte del amor y del cortejo, por lo que se le considera una de las mayores influencias en el amor cortés. Tras un enfrentamiento con el emperador en el año 8 a.C., fue desterrado a Tomis, donde murió solo.
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