Editorial Oxford University Press (UK)
	
					
					
					
					
					
					
					
					
						Fecha de edición  agosto 2002 
					
					
					
						
						
							
						Idioma inglés
							
							
							
						
						
						
						
						
						
						
						
						
					
			    	EAN 9780192803207
					
						
						592 páginas
					
					
					
						
					
						Libro
						
							encuadernado en tapa blanda
						
						
						
						
					
					
					
						
					
					
					
								
					
					
						
Sir Ronald Syme (1903-1989) comenzó su carrera académica en Nueva Zelanda, estudiando en la Universidades de Victoria, Wellington y Auckland, y después en Oxford, donde fue fellow del Trinity College (1929-1949) y Camdem Professor de Historia Antigua del Brasenose College (1949-1970). Una vez retirado fue nombrado fellow del Wolfson College. La segunda guerra mundial le llevó a Belgrado primero y a Ankara después, al servicio del gobierno británico, para terminar siendo profesor de Filología Clásica en Estambul (1942-1945). Fue presidente del Consejo Internacional de Filosofía y Humanidades, miembro del Institut de France, obteniendo la Orden del Mérito y la medalla alemana Pour le Mérit, además de otros muchos honores. Viajero infatigable, recorrió las antiguas provincias del Imperio romano, muchas veces a pie, y resultado de sus recorridos por Anatolia fue su obra Anatolica. Studies in Strabo (1995), indispensable para conocer la geografía antigua de la región. Sus numerosos libros, además de La revolución romana, incluyen una exhaustiva monografía sobre el historiador Tácito (1958), The Augustan Aristocracy (1986), Colonial Elites (1958; hay traducción castellana, 1993), History in Ovid (1978), Emperors and Biography (1971) y The Provincial at Rome (1999), además de los 200 artículos científicos recogidos en sus Roman Papers (1979-1991), que son un modelo de erudición y precisión histórica. Viajó varias veces a España y escribió algunos estudios fundamentales para conocer las guerras cántabras dirigidas por Augusto y por sus generales, las relaciones entre Adriano e Itálica, o las elites coloniales de Tarraco o Corduba.
			
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