Immanuel Kant (1724-1804): su obra supone un punto de inflexión en la historia del pensamiento, y la modernidad no ha dejado de autoproclamarse reiteradamente como su heredera. No es extraño, pues, que se decida prestar atención a sus textos en una época como la nuestra, más proclive a hacer balances que a incrementar por sí misma su patrimonio. Ésta puede ser la explicación de que últimamente vengan proliferando tanto las traducciones del filósofo de Königsberg.
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