Editorial Sígueme
Colección Hermeneia, Número 0
Lugar de edición
Salamanca, España
Fecha de edición marzo 2025 · Edición nº 01
Idioma español
EAN 9788430122516
176 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
Dimensiones 135 mm x 210 mm
El sentimiento de vergüenza o de pudor ha regresado al primer plano de la sociedad. Pero no lo ha hecho desde la perspectiva moral, sino desde la antropológica, donde la persona es la protagonista. En una época en la que los seres humanos se vuelven un misterio cada vez más indescifrable para ellos mismos, y en la que aparecen todo tipo de guías y maestros que prometen la felicidad y el bienestar, el pudor se revela como una de las fronteras que protege el territorio de la intimidad personal. Esta intimidad nada tiene que ver con la timidez y menos aún con la misantropía, sino con salvaguardar la propia identidad, que caracteriza a cada individuo único e irrepetible. En este sentido, el pudor representa un ataque radical contra las corrientes sociales que promueven la exposición a ultranza. En un mundo donde sólo se es alguien en la medida en que se desnuda ante los demás, hasta el punto de compartir incluso los detalles más íntimos de su vida en el gran teatro del mundo de las redes sociales, el pudor ayuda a defenderse de la manipulación, mantener la cordura en las relaciones y comprenderse cada uno desde su propia interioridad. Max Scheler (1874-1928) es un destacado pensador alemán de la primera mitad del siglo XX. Seguidor de Husserl, aplica el método fenomenológico al mundo de los sentimientos, la ética y la filosofía de la religión.
Nacido en Múnich en 1874, Max Scheler comenzó Medicina abandonándola poco después para formarse en Filosofía y Sociología en Berlín donde tuvo como profesores a Georg Simmel y Wilhelm Dilthey. Influido por el método fenomenológico de Edmund Husserl en sus inicios, Scheler buscó una descripción inmanente de la experiencia vivida, del sentimiento y los valores morales. Su obra trató de sistematizar una ética basada en la intuición emocional de ciertos valores objetivos (lo bello, lo noble, etc.), alejándose tanto del formalismo kantiano como del subjetivismo hedonista o del utilitarismo. Dada la originalidad de su proyecto intelectual, Ortega y Gasset lo apodó el Adán del paraíso filosófico , y Heidegger afirmó que toda la filosofía del siglo XX estaba en deuda con él. Murió en Frankfurt en 1928.
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