Edición y traducción de Cecilia Yepes
Segunda edición
Sobre la creación literaria es una selección imprescindible de la Correspondencia de Flaubert ( Su mejor obra según André Gide) que constituye un pequeño tesoro literario. Abundante en consideraciones sobre el oficio, muestra la insobornable determinación del autor y su pasión por la escritura. Una pasión a la que resulta imposible sustraerse.
Me pide que le responda con sinceridad a esta pregunta: ¿Debo continuar escribiendo novelas?
Aquí tiene mi opinión: Hay que escribir siempre, si se desea. Trabajemos, pues, si nos lo dice el corazón, si sentimos que la vocación nos arrastra; en cuanto al éxito material, grande o pequeño, que podamos obtener, es imposible establecer ninguna predicción. Los más astutos (aquéllos que presumen de conocer al público) se equivocan todos los días.
Carta de Gustave Flaubert, 1870.
....creo que la Correspondencia de Flaubert constituye el mejor amigo para una vocación literaria que se inicia, el ejemplo más provechoso con que puede contar un escritor joven en el destino que ha elegido.
Vargas Llosa
Algunos de sus Capítulos:
La vocación literaria / Cuestión de carácter / Flaubert lee / Sobre el Arte / Escribir / El estilo / Acepto publicar / Contra la crítica / El éxito, la gloria / Escritores y periódicos / Otros hombres de letras / Dinero / Los libros no escritos / A los escritores noveles
Gustave Flaubert. En el siglo que afianza la novela como género, destaca la figura de Gustave Flaubert (Ruan, 1821-Croisset, 1880), uno de sus máximos representantes europeos, puente entre el romanticismo y el realismo. Su obra más célebre (una obra maestra) es Madame Bovary (1856), por la que fue llevado a juicio acusado de ofensas a la moral. Su búsqueda de la palabra exacta y su minucioso trabajo estilístico pueden quizá justificar una producción escasa. En Salambó (1862) se acerca a la novela histórica y exótica, para volver a lo contemporáneo en La educación sentimental (1869). En 1874 publicó La tentación de San Antonio, obra de la que redactó tres versiones. En 1877 aparece Tres cuentos, y póstumamente (1881) Bouvard y Pécuchet, un análisis de la estupidez humana, que fue una de sus preocupaciones. Se definía como un hombre-pluma por su intensa dedicación literaria, pero también como un monje en la aspereza solitaria de su retiro en Croisset, que interrumpía a veces para sus reuniones parisinas con Théophile Gautier, los hermanos Edmond y Jules de Goncourt y Guy de Maupassant.
|