Editorial Austral
Colección Clásica Narrativa, Número 3
Fecha de edición junio 2010
Idioma español
EAN 9788467033311
352 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
Dimensiones 125 mm x 190 mm
Las dos mejores obras del gran poeta del romanticismo españolGustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla en 1836 y murió en Madrid en 1870. La lectura de los grandes poetas románticos despertó muy pronto su vocación literaria, que siempre compaginó con un vivo interés por el mundo del arte. A los dieciocho años, abandonando sus estudios de pintura, Bécquer se trasladó a Madrid, paso obligado para abrirse camino en la literatura. Fueron años difíciles en los que tuvo que recurrir a colaboraciones en la prensa y a las adaptaciones teatrales para subsistir, ya que no llegó a ver sus obras editadas. Este volumen ofrece reunidas las RIMAS y una selección de LEYENDAS en una nueva edición prologada, anotada y comentada por Francisco López Estrada y M.ª Teresa López García-Berdoy. La aparente sencillez de la poesía de Bécquer frente a la variedad de recursos estilísticos que maneja; la comunidad de motivos que animan su prosa y su verso; el amor, la tradición; las fuentes literarias en las el poeta se inspiró; la depuración que realizó de la creación romántica procedente y su apertura hacia nuevos ideales literarios son algunas de las cuestiones que aborda esta edición de la obra del poeta más representativo del Romanticismo español.
Gustavo Adolfo Domínguez Bastida (Sevilla, 1836), hijo, sobrino y hermano de pintores y descendiente de una estirpe de comerciantes de procedencia belga, los Bécquer, recibió una educación humanística y artística en su ciudad natal, que dejó en 1854 para trasladarse a Madrid, donde llevó primero una vida bohemia y pasó luego a trabajar como redactor en El contemporáneo y otros periódicos relacionados con el partido moderado (Los Tiempos, La América), mientras desarrollaba en paralelo su actividad como poeta y escritor. En 1864, con el ascenso de los moderados al poder, obtuvo un cargo político-cultural (censor de novelas) y mantuvo cierta presencia en el debate público. Tras la Revolución de 1868, su actividad periodística prosiguió al margen de la agitada situación política de aquellos años. Murió en 1870 y sus Obras se publicaron al año siguiente gracias a la iniciativa de algunos amigos.
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