Milosz, Lubicz
Serra, Cristóbal
Editorial Ardora
Fecha de edición enero 2001
Idioma español
EAN 9788488020314
Libro
encuadernado en tapa blanda
Tradicionalmente desaconsejada por la vieja dogmática, la pregunta sobre el origen del pueblo judío encuentra en el legado visionario del poeta, antropólogo y filólogo Lubicz Milosz (1877-1939) una respuesta que invierte la tesis canónica. Fruto de una larga investigación basada en la analogía lingüística del hebreo y el vasco, la teoría del escritor francés de ascendencia lituana sostiene que los hebreos eran autóctonos de Iberia. Según esa hipótesis, nuestra Península habría sido en tiempos prehistóricos el Edén original, y desde ella los iberos andaluces se habrían encargado de trasladar a Oriente su milenaria civilización. Lubicz Milosz, a quien Jean Cassou incluyó junto a Rilke y Machado en un célebre libro, está considerado como uno de los mayores poetas y místicos del siglo XX.
Cristóbal Serra nació en Palma (Mallorca) el 28 de septiembre de 1922, en el seno de una familia burguesa. Tuvo una infancia feliz y solitaria, truncada por la guerra y la tisis, de la que se repuso en el pueblo de Andratx, paisaje fundamental en su literatura. Estudió Derecho y Filosofía y Letras, y ejerció la enseñanza de idiomas. También tradujo literatura (William Blake, Edward Lear, Herman Melville, Léon Bloyx{0026} x02026;) y preparó diversas antologías (Antología del humor negro español, Ángulos de visión, Efigies). En cambio, fue un escritor impuntual : tenía treinta y cinco años cuando debutó con Péndulo, y después tardó otros ocho en publicar Viaje a Cotiledonia; tras década y media de silencio, reapareció con Guía del Apocalipsis y Diario de signos. La noche oscura de Jonás es de 1984; Con un solo ojo, de 1986; Retorno a Cotiledonia data de 1989; Augurio Hipocampo, de 1994. En 1996, ante los repetidos anuncios de que no iba a escribir más, el volumen Ars Quimérica recogió el grueso de su producción y sirvió para acrecentar la leyenda de autor único que lo rodea. Pero finalmente, Serra siguió entregando libros casi hasta el final de su vida, entre los que destacan El asno inverosímil o el díptico de memorias formado por Las líneas de mi vida y Tanteos crepusculares. En 2006, la Universidad de las Islas Baleares lo invistió doctor Honoris Causa. Murió el 5 de septiembre de 2012.
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