En un crudo día de invierno de 1650, René Descartes fue enterrado lejos de su hogar. Dieciséis años más tarde, el embajador francés exhumó secretamente sus huesos y los transportó a Francia. La historia de estas insólitas reliquias involucra a los personajes más diversos que usaron estos huesos.
Russell Shorto es autor del libro Manhattan (Duomo, 2011) y colaborador habitual de la revista del New York Times. Actualmente vive en Amsterdam, donde dirige el The John Adams Institute.
|