Editorial La Dragona
Fecha de edición febrero 2019 · Edición nº 2
Idioma español
EAN 9788494773051
250 páginas
Libro
Dimensiones 210 mm x 160 mm
Que Virginia Woolf es una maravillosa novelista, todo el mundo lo sabe; pero no siempre somos conscientes de que esta maravillosa novelista es también una maravillosa cuentista, diarista, autobiógrafa y ensayista. La calidad de sus ensayos (en el sentido inglés, que incluye los artículos), como los que ocupan estas páginas, es evidente: por algo se han traducido a tantas lenguas, por algo se siguen editando. Pero ¿en qué consiste, exactamente?, ¿cuál es su secreto? Yo creo que es doble. Por una parte, el impecable razonamiento que los sostiene, tan cartesiano, tan bien trabado; por otra, la engañosa suavidad de su envoltorio. Qué estilo tan natural, tan sencillo! Qué elegante ironía! Qué tono coloquial pero mundano, como de charla en un salón! La frase que mejor define, para mí, los ensayos de Virginia Woolf, es la famosa imagen con que Bernadotte (un militar francés convertido, en 1818, en rey de Suecia) explicaba cómo había que gobernar a los franceses: Una mano de hierro en un guante de terciopelo .
x{0026}lt;p Virginia Woolf (1882-1941), nacida Adeline Virginia Stephen, fue una novelista, ensayista y feminista inglesa. De salud frágil desde joven, comenzó a escribir un diario a los quince años, combinando esta actividad con numerosas lecturas y con estudios de historia y griego en el Kingx{0026} x02019;s College.x{0026}lt;/p x{0026}lt;p A partir de 1904, inició su carrera como escritora publicando artículos y reseñas en The Guardian. Por aquellos años, la casa familiar se convirtió en un punto de encuentro para intelectuales, entre los que conoció a su futuro marido, Leonard Woolf. Juntos fundaron en 1917 la prestigiosa editorial The Hogarth Press, sello fundamental en la difusión de la literatura modernista. Entre 1925 y 1931 publicó La señora Dalloway, Al faro, Orlando y Las olas, obras que la consolidaron como una de las voces más innovadoras de su tiempo.x{0026}lt;/p x{0026}lt;p Las crisis depresivas que la acompañaron a lo largo de su vida se agravaron con el tiempo y el 28 de marzo de 1941, tras haber entregado a su editor su último manuscrito, Virginia Woolf puso fin a su vida arrojándose al río Ouse, en Sussex, con los bolsillos llenos de piedras.x{0026}lt;/p
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