La posesión del miedo

Resumen del libro

Quiero al miedo desnudo, rendido, tendido en el suelo,
excitado, sudoroso, imberbe.
Quiero una fiesta de carne con el espíritu aterido,
el intruso que ciega las ventanas.
Que se vuelva boca abajo y se ofrezca
rogando fuerza en su flaqueza.
Entrar y salir. Dentro y fuera. Dar y amargar con quitar
y que la auténtica paz sea la guerra.
Y liberar mi alma prisionera
con gritos de placer en sus entrañas.

Del poema La posesión del miedo de Leopoldo Alas.

Leopoldo Alas nació en Arnedo (La Rioja), en 1962. Este es su tercer libro de poemas, después de Los palcos (1988) y La condición y el tiempo(1992). También ha publicado los libros de cuentos África entera tocando el tam tam(1981) y Descuentos; la novela Bochorno (1991); y los ensayos La orgía de los cultos (1989), De la acera de enfrente (1994) y Hablar desde el trapecio (1995). Ha escrito y estrenado las obras de teatro Última toma (1985) y La pasión de Madame Artú (1992), y los libretos de las óperas Sin demonio no hay fortuna (1987) y Estamos en el aire (1991). Desde 1986 publica con asiduidad sus artículos en distintas revistas y periódicos.

Biografía del autor

Leopoldo Alas Clarín (1852-1901), autor de La Regenta (1884-1885), una de las grandes novelas europeas del siglo XIX, además de forjar un universo narrativo excepcional, fue el mejor crítico literario del último cuarto del siglo XIX. Formado en los estudios de Derecho a la sombra de Francisco Giner de los Ríos, Clarín inició sus labores críticas (casi siempre en periódicos y revistas) en El Solfeo, un periódico menor, en 1875. Luego su mapa de colaboraciones en la prensa fue amplísimo. Priorizó la novela y defendió las poéticas realista y naturalista, aunque en la última década del XIX fue permeable a otras direcciones narrativas. De continuo se ocupó de sus novelistas preferidos: Pérez Galdós y Émile Zola. Se trata x{0026} x02013;Sobejano dixitx{0026} x02013; de un crítico que piensa y hace pensar, que siente y hace sentir . Especialmente su labor crítica sobre Galdós tiene un acento de vitalidad permanente.