La peor madre del mundo

Resumen del libro

La intención de este libro es pequeña, ínfima, modesta: solo quiere cambiar tu vida de arriba abajo convirtiéndote en un progenitor nuevo, renacido...
¡y relajado! Si quieres que las mañanas dejen de parecer la Tercera Guerra Mundial y lograr que tus hijos salgan de la cama, se vistan y vayan a la escuela o al instituto.
Si la vuelta al cole se presenta como una historia de terror que ríete tú de Stephen King.
Si no hay manera de que tus hijos ingieran alimentos sin kétchup y no sabes cómo escaquearte de gastar la pasta en un móvil.
Si te sientes el peor padre o madre del mundo, o lo sientes a ratos...
necesitas este manual con urgencia para descubrir que ¡hay vida más allá de la perfección! Anna Manso ha escrito un manual innovador, solvente, eficaz, con un arma secreta escondida dentro: el sentido del humor.
Porque lograr reírse de uno mismo es clave para no volverse loco criando a los hijos.
Manso te invita a despojarte del sentimiento de culpa y a empoderarte de sentido común.
¿Cómo? Atreviéndote a mirar la crianza a través de unas gafas 3D, porque la claridad está en la imperfección.
El resultado te sorprenderá.
Y recuerda: la perfección mata y el humor salva vidas.
Bienvenido al club de los padres y madres imperfectos.

Biografía del autor

Anna Manso (Barcelona, 1969) tiene un currículum oficial que no está nada mal: estudió cine, le dio por escribir guiones de televisión, y le pagan por ello (¡milagro!). Escribe series y también programas infantiles (¡escribió para Barrio Sésamo!). Y por si no tuviera suficiente con el trabajito de guionista, se lio a escribir literatura infantil y juvenil y ya lleva cuarenta y siete títulos publicados. Pero vamos a su currículum real, el que importa para este libro: está como un cencerro, tiene dos mayores y un menor de edad a cargo, y es la sexta de siete hermanos. Las tres cosas están relacionadas. Lleva desde el año 2011 contando sus miserias como progenitora en el diario ARA en la columna semanal La pitjor mare del món . Defiende que la mejor manera de vivir los desastres propios y ajenos es con sentido del humor. Pues vale.